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PEQUEÑAS ESPECIES

LEPTOSPIRA INTERROGANS

La leptospirosis, también conocida como enfermedad de Weil, fiebre de los arrozales, fiebre de los pantanos, fiebre de los cortadores de leña, enfermedad de los porquerizos, fiebre canícola y fiebre del lodo, es una enfermedad causada por la bacteria Leptospira interrogans, con más de 200 variedades serológicas. Ha ocasionado gran magnitud de contagios en salud pública en México y es considerada como la zoonosis (enfermedad transmisible de los animales al hombre) de mayor importancia en el mundo.

Lo más relevante es el desconocimiento que existe en medicina humana sobre la leptospirosis crónica en el hombre. En clínicas y hospitales, tanto públicos como particulares, no se cuenta con laboratorios ni con personal que identifique esta enfermedad con certeza. El Dr. Óscar Velasco Castrejón, investigador y epidemiólogo en medicina humana, ha estrechado una conexión muy importante con los médicos veterinarios, precisamente por la interrelación que existe con esta enfermedad. Comentaba en una de sus conferencias que el gremio veterinario se encuentra más consciente de la enfermedad en comparación con sus colegas: los veterinarios dedicados a las pequeñas especies cuentan con un esquema de vacunación permanente en sus pacientes, detectan la enfermedad y administran el tratamiento, porque saben que es una enfermedad de gran prevalencia en el país.

Lamentablemente, no existen en México estudios actuales sobre leptospirosis crónica en el hombre que apoyen los trabajos que ha desarrollado el Dr. Velasco. Cientos de pacientes han llegado a sus manos desahuciados de diferentes hospitales del país, sin saber la causa de su enfermedad, y los ha detectado con leptospira. La mayoría ha salido de su gravedad gracias al diagnóstico y tratamiento.

La leptospirosis es una enfermedad transmisible que afecta a los animales domésticos, a fauna nociva como ratas, y al hombre. Es una enfermedad que está presente en todo el mundo, con mayor incidencia en los países pobres. La enfermedad se manifiesta en los caninos de una forma muy similar al hombre: aguda y crónica. La forma aguda es poco frecuente y se caracteriza por fiebre elevada, ictericia (color amarillo de la piel y mucosas), postración, pérdida de peso, problemas renales, hepáticos, digestivos y pulmonares. La forma crónica, mucho más común, se remonta a dos o más años de antigüedad en el organismo. En las primeras etapas, el malestar es general: diarrea periódica con dolor abdominal, problemas oculares, ojos enrojecidos, dolor en músculos y articulaciones de la columna, hombros, extremidades, dolor de hígado, riñón, páncreas y, particularmente, fatiga crónica y somnolencia. En los últimos estadíos de la enfermedad se pueden presentar problemas del sistema nervioso, urinario, digestivo, respiratorio y cardiovascular.

¿CÓMO SE TRANSMITE LA LEPTOSPIROSIS ENTRE LOS ANIMALES Y EL HOMBRE?

Ambos se contaminan con desechos, principalmente de roedores (heces y orina), en el agua de ríos, lagos, albercas, charcos, etc., donde los animales y el hombre se infectan al exponerse al bañarse o beber esta agua. Además, los alimentos o bebidas envasadas que se expenden en mercados y almacenes pueden ser contaminados por esta agua o por orina de ratas. A nivel doméstico, el perro infectado por Leptospira es la fuente más común de infección.

El hombre, desde que tiene uso de razón, ha convivido con esta enfermedad y otras más. No es motivo para alarmarse ni mucho menos para deshacerse de las mascotas; al contrario, se deben extremar las precauciones con una buena higiene y alimentación para ellas, continuar con sus visitas periódicas al veterinario, la aplicación de vacunas y el control de sus enfermedades.

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Escrito en: Caricatura editorial Guayo

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