
La estancia de Paulina de la Fuente en Manchester se debió a que, durante cuatro meses, tomó clases con el maestro Robert Alderson.
Ha vuelto a La Laguna tras realizar su debut europeo en Manchester, Inglaterra.
Fue el pasado nueve de marzo cuando la mezzosoprano Paulina de la Fuente se plantó sobre el escenario del teatro Alderley Edge. Allí interpretó el papel del Príncipe Orlofsky, de El murciélago (1874), de Johann Strauss. La acompañó The Alderley Edge Symphony Orchestra, dirigida por el maestro español Juan Ortuño.
“Estoy súper feliz, muy contenta y me llevo un aprendizaje de esta hermandad. Recobré la pasión por el arte puro, así como es, sin más máscaras ni querer mostrar cosas. Ahora tengo un taller de teatro musical que voy a impartir y vengo con esa filosofía para mostrarle a los muchachos”.
Cuando Paulina de la Fuente dice “hermandad”, se refiere a que The Alderley Edge Symphony Orchestra se encuentra formada por músicos adultos mayores, ya jubilados, pero que se reúnen para continuar tocando y entregándose a la música en conciertos organizados por ellos mismos.
“Manchester es súper industrial. Casi no tienen teatros, fíjate. Tienen dos teatros de ópera nada más y todos los demás conciertos se hacen en iglesias y es donde más se mueve esta parte cultural. Como dices, es un público complicado que ya va con sus sesgos y les gusta nada más su gente. Pero el público con el que estuve me recibió muy bien. El director es español, entonces había gente internacional al frente de la orquesta”.
La estancia de Paulina de la Fuente en Manchester se debió a que, durante cuatro meses, tomó clases con el maestro Robert Alderson, quien la asesoró en su cambio de soprano a mezzosoprano. Era una metamorfosis que sus maestros advirtieron desde que era una niña.
“Decidí ser soprano por mucho tiempo porque tenía los agudos. ¿Por qué no explotarlos? Pero con el paso del tiempo se me fue complicando un poco más.
Hasta que tomé la decisión de ser mezzo”.
Lo más complicado, dice la cantante, ha sido cambiar de repertorio y empezar desde cero, acostumbrar su cuerpo a su nueva sensación tímbrica.
Por esta razón, ya traba su tesitura para encarnar a nuevos personajes como Charlotte, de la ópera Werther (1892), compuesta por Jules Massenet. Además, se está preparando para encarnar a Carmen, de Georges Bizet.
“Como muchos cantantes jóvenes, tenemos el sueño de irnos a tierras extranjeras, para que puedan reconocer lo que ofrecemos.
Mi sueño siempre ha sido ser solista y pisar escenarios internacionales, pero más allá de eso, me encantaría irme por un tiempo, aprender lo más que pueda y traerlo de regreso aquí, sobre todo a Torreón”.