
Obra del maestro Mario Orozco Rivera llega a la Galería del Teatro Isauro Martínez
Los tonos marrones de sus pinturas acentúan la planta alta de la Galería de Arte Contemporáneo del Teatro Isauro Martínez (TIM). Destacado discípulo de David Alfaro Siqueiros, el artista Mario Orozco Rivera tiene también un legado importante en el muralismo mexicano.
Fue ayer jueves, poco después de las 19:40 horas, cuando se inauguró en el recinto la exposición “Mario Orozco Rivera. Reminiscencias del muralismo mexicano”. Esta se conforma por cuatro piezas hechas en óleo sobre tela: Pareja Roja (1984), Pareja Azul (1984), Sin Título (1984), Guerrero Azteca (1983) y Dirección para Ventana (1984). Mismas que permanecerán expuestas hasta el próximo 15 de diciembre.
La colección es propiedad de la señora de origen panameño Coqui Lorenzo y su historia es igual de interesante. Todo se remonta a los años ochenta, cuando Cuqui vivía con su esposo en Ciudad de México. Fue en la región más transparente donde ambos conocieron y entablaron amistad con el pintor. Así le compraron los cuadros que, no obstante, durante los últimos años permanecieron abandonados en una bodega.
La intención, entonces, es mostrar el legado de Mario Orozco Rivera, que cada uno de sus trazos tenga un público que lo contemple. A fin de cuentas, todo arte debe compartirse.
“Para mí es importante por la alegría de ver a Mario otra vez a la vista de todos, de poder compartir con todos lo que Mario hacía, porque la verdad es una persona a la que le tengo mucho cariño. Y me daba mucho pesar que sus cuadros estuvieran en una bodega”, dijo Coqui Lorenzo en entrevista.
Mario Orozco Rivera colaboró con Siqueiros en los murales del Polyforum Cultural Siqueiros del Antiguo Hotel de México (hoy World Trade Center), el Museo Nacional de Historia y el Casino de la Selva. A su vez, expuso individualmente en recintos como el Palacio de Bellas Artes y el Museo de Arte Moderno. Durante la segunda década del siglo XX, sus cuadros viajaron por latitudes como Argentina, Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Cuba y la Unión Soviética. También es padre del artista contemporáneo Gabriel Orozco.
“Mario era súper vital, alegre, cantaba, bailaba, pintaba. Le gustaba comer bien, disfrutar la vida a fondo. Una gran persona, muy comprometido con la parte política. Él tenía un compromiso social y era coherente”.
Cabe señalar que la ceremonia de inauguración fue encabezada por Cecilia Cansino (directora del TIM), Aldo Valdés (gestor cultural) y la señora Coqui Lorenzo.