
Laura Zapata, una 'villana' que es muy diferente en la vida real
Laura Zapata ha sido muchas cosas: deportista de alto rendimiento, maestra de Educación Física, bailarina formada en Bellas Artes y actriz premiada en teatro y televisión.
Pero quizá su título más importante, ese que no requiere estudios, sino un talento innato, ha sido el de provocar con sus personajes una mezcla perfecta de odio y fascinación, esa reacción que solo despiertan las villanas que se disfrutan, incluso cuando hacen sufrir a los protagonistas.
Han pasado cinco décadas desde que debutó en Mundo de juguete, la telenovela que se transmitió por casi tres años desde noviembre de 1974, y le dio su primer premio como actriz revelación.
Desde entonces, ha sido testigo y protagonista de la evolución de la televisión: de aquellas producciones clásicas que la inmortalizaron como villana, a realities de alta exposición y a su actual espacio político, Morena, casos de la vida real.
"Definitivamente, nací para ser actriz, para estar en los escenarios y representar personajes. Desde niña buscaba estar en el centro, decir el poema, participar en los espectáculos. Es mi naturaleza y nunca he dudado de ella; lo supe desde siempre, y lo confirmé cada vez que el público me abrió la puerta y me dio su aplauso", dice la actriz en entrevista.
En la ficción, sus villanas son imborrables para los mexicanos. Como Dulcina Linares en Rosa salvaje, humillaba a una joven de clase humilde, llegando a idear secuestros, chantajes y hasta heridas con ácido para separar al galán de su verdadero amor.
En Malvina Morantes de María Mercedes, manipulaba fríamente a su sobrino y trataba de deshacerse de la heroína, interpretada por su hermana Thalía, llegando al extremo de encerrarla en un hospital psiquiátrico.
No es que se considere así fuera de la pantalla. "Soy una buena actriz, he tocado todos los géneros: comedia, drama, farsa, comedia musical… pero ser como mis personajes, Dios me libre", dice.
"De maldad, de villana en la vida real no tengo nada. Soy muy clara, muy específica, no me gusta lastimar, tampoco me gusta que nadie me lastime. Por eso soy frontal, pero no villana", aclara.
SIN LIBRETO EN LA ARENA POLÍTICA
Fuera de la pantalla, Zapata ha encontrado un nuevo papel que la mantiene en la conversación pública: el de opinar sin filtros sobre la vida política del país.
En Morena, casos de la vida real, programa que conduce desde hace poco más de un año en Atypical Te Ve, toma la agenda semanal, la revisa, la documenta y la transforma en cartas que lee en vivo, con un estilo, dice, entre la denuncia y la poesía.
"Pongo mi nombre, mi cara... y toda la información que acuño durante una semana para exponerla con claridad, y de alguna manera ser una buena mexicana a favor de mi país que amo", asegura.
Su estilo directo ha trasladado el dramatismo de sus villanas a la arena política. Con más de 280 mil seguidores en Instagram, casi la misma cifra en X y alrededor de 480 mil en TikTok, sus comentarios se vuelven tendencia con facilidad.
Frases como "Pobres… solo tienen su miseria" han encendido debates y dividido opiniones, entre quienes la señalan y la celebran por decir "lo que muchos piensan y pocos se atreven a decir".
Lejos de suavizar su discurso, Zapata asegura que no ve razón para hacerlo. "¿Hay que mentir, engañar o fingir? Yo creo que no. La verdad nos hará libres… tengo que decir la verdad, lo que pienso, lo que es, lo que sucede, lo que hay", afirma.
Su discurso, abiertamente crítico con el gobierno en turno, afirma, es también una declaración de principios: no acomodar las palabras para agradar. Para ella, su obligación es señalar lo que no funciona y exigir cuentas, así la consideren villana.
"Simplemente, soy una ciudadana, una actriz enterada, ocupada y preocupada por lo que sucede en mi país, y traduciendo a palabras más simples, más sencillas a través de mis ojos, lo que sucede en mi amado México".