
FOTOS: INAH
En el marco del Premio Princesa de Asturias de la Concordia, que este año se le entregará al Museo Nacional de Antropología (MNA), Yuri de la Rosa, arqueólogo e investigador del INAH en Coahuila, compartió que no sólo se trata de un reconocimiento para ese recinto ubicado en Ciudad de México, sino para el INAH como una institución destacada a nivel internacional y para las culturas prehispánicas que florecieron en Mesoamérica y Aridoamérica.
“El Museo Nacional de Antropología es el museo más visitado de México. ¿Y qué es lo que proyecta? Pues esta riqueza y diversidad cultural prehispánica, que ha sido investigada e impulsada por el INAH y sus centros culturales. Es un orgullo. Trasciende las fronteras. Hay que sentirse orgullosos como instituto, como mexicanos y como poseedores de un patrimonio cultural excepcional en todo México”.
En ese mismo tenor, señaló que el MNA cuenta con una sala dedicada a las culturas del norte de México, nutrida especialmente con piezas correspondientes a grupos de cazadores-recolectores, donde Coahuila juega un papel fundamental.
“Este reconocimiento también va para todas las culturas prehispánicas que antecedieron a la nuestra en territorio nacional. Es decir, no sólo las grandes culturas desarrolladas en el sur-centro del país, en lo que conocemos como Mesoamérica (la cultura olmeca, los mayas, los teotihuacanos); las culturas del norte también son parte esencial de nuestra identidad de nuestro pasado prehispánico y están muy bien representadas en el MNA, tanto que se cuenta con una sala especial para las culturas del norte”.
La Sala de Culturas del Norte alberga parte del acervo funerario encontrado en los años 1953 y 1954, en la Cueva de la Candelaria, municipio de San Pedro de las Colonias, Coahuila. Entre ellas, una de las piezas más reconocidas ha sido la de un cráneo humano que conserva un tocado y cuero cabelludo. Aunque, para el arqueólogo, además de los también famosos bultos mortuorios, todas las piezas son importantes, pues cada una de ellas, desde la más pequeña hasta la de mayor tamaño, posee información importante sobre cómo era la vida para las culturas aridoamericanas.
Cabe recordar que el descubrimiento de la Cueva de la Candelaria marcó un hito en el conocimiento de las sociedades prehispánicas que habitaron el desierto coahuilense entre el año 1000 y 1350 después de Cristo, según se lee en una ficha informativa publicada en la página oficial del MNA y confirma el propio Yuri de la Rosa.
“Coahuila detonó la investigación científica y arqueológica en el norte. El hallazgo de la Cueva de la Candelaria (donde había más de 200 cuerpos) en los cincuenta hizo al INAH voltear hacia el norte. La colección de la Cueva de la Candelaria, como representativa del norte, fue de las primeras en llegar al MNA. Y es una parte fundamental, porque el registro arqueológico, en cuanto a vestigios de cuevas mortuorias y artefactos, Coahuila es uno de los más importantes y, tal vez, donde más materiales se han recuperado en cuanto a bultos mortuorios”.