Me habría gustado conocer a doña Quina (Mariquina) Gáuna de Yervides, originaria y vecina del Potrero de Ábrego, donde el apellido Gaona se hace Gáuna, y el Oyervides es Yervides.
Era celosa y recelosa, muy dueña de sí y de lo suyo. Se enteró de que su marido tenía dimes y diretes con una tal Facunda de cierto rancho cercano, y cuando la mujer iba pasando en burro por el camino doña Quina tomó el 30-30 y desde lejos le aventó un balazo que mató al pollino. Le gritó a la tal Facunda:
-¡Y la próxima vez te apuntaré a ti, cabrona!
Compadezco al difunto asno, inocente animal ajeno por completo a los devaneos de su propietaria, pero un secreto impulso me lleva a admirar no sólo el carácter de doña Mariquina (Quina), sino también su puntería. En otra ocasión un vecino con el que riñó le dijo "vieja mula".
-¿Mula yo? -retobó ella hecha una furia-. ¡He parido 14 hijos, pendejo, y de ellos viven ocho! Tu vieja tuvo nomás dos, y hay duda de que sean tuyos.
Me habría gustado conocer a doña Mariquina Gáuna de Yervides. En una tierra de hombres ella era muy mujer.