"Fue hermosa y honrada, raro en mujer sin fortuna".Así reza una lápida en el Panteón Municipal de Durango.
(Otra dice: "Aquí yace la señora Fulana de Tal. Hija ejemplar. Madre abnegada. Esposa regular").
Este amigo mío con el que tomo la copa -varias- los martes por la noche opina que a la pobreza se le ha hecho demasiada publicidad. Tal propaganda, afirma, la hacen quienes quieren que los pobres sigan siendo pobres. Esos apologistas presentan la pobreza como si fuera una bendición del cielo, siendo que en la tierra es una maldición. Sólo hablan bien de ella quienes no la sufren.
Mi amigo declara que le gustaría ser lo suficientemente rico para darse el lujo de vivir como pobre, vale decir sin los afanes y preocupaciones que la riqueza trae consigo. Yo, por mi parte, sé que el dinero no compra la felicidad, pero espero tener el necesario para poder allegarme el modo más grato de infelicidad.
¡Hasta mañana!...