Adiferencia de lo que en México sucede con el PAN, segunda fuerza electoral, en Estados Unidos el Partido Demócrata despertó de su letargo tras la felpa de noviembre. Si Donald Trump estuviera en su mejor momento, les habría resultado a los demócratas muy difícil levantar cabeza. Pero con un presidente que en los 100 primeros días de su mandato registra la aprobación más baja en 70 años, comparada con la de sus predecesores, han vuelto a la batalla. La popularidad de Trump bajó al 41 %. Lo peor, para él, es que menos de la mitad lo apoya «de manera contundente». Así lo dice una encuesta de CNN (27.04.25) levantada por SSRS entre el 17 al 24 de abril.
El enfado y la frustración cunden aceleradamente entre los estadounidenses, hayan votado o no por Trump. La inflación contradice el discurso triunfalista y la guerra comercial ha tenido el efecto bumerán. «El descontento generalizado con la gestión económica de Trump marca un nuevo capítulo para un presidente que vio calificaciones mayormente positivas por su manejo de la economía durante su primer mandato. Trump, quien prometió durante la campaña de 2024 "inmediatamente bajar los precios, comenzando desde el primer día", ganó cómodamente entre los votantes (...) que dijeron que estaban motivados principalmente por preocupaciones económicas», dice CNN.
Las fuerzas políticas se polarizan aún más en ese contexto. Trump es aprobado por el 86 % de los republicanos, pero el 93 % de los demócratas lo rechaza. La aprobación entre los políticos independientes es de apenas 31 %, igual a la de su primer periodo. El peso de este grupo pudo haber influido en la derrota de Trump en 2021 frente a Joe Biden. Jennifer Agiesta y Ariel Edwards-Levy advierten en su nota: «La encuesta encuentra al presidente en una situación complicada y hundiéndose en casi todos los tema importantes que ha tratado durante su tiempo en el cargo, con la confianza del público en su capacidad para manejar esos problemas también en declive».
En México, la aprobación de la presidenta Claudia Sheinbaum (82 %), en los seis primeros meses de su Gobierno, duplica a la de su homólogo del norte. Trump lleva perdidas todas las batallas. Otras, como la mediación en el conflicto entre Rusia y Ucrania están en punto muerto. El «nervio templado» de Sheinbaum frente al líder estadounidense le ha permitido subir en las encuestas. El factor Trump también favoreció al Partido Liberal de Canadá en las elecciones del mes pasado. Mark Carney, sucesor de Justin Trudeau, es un anti-Trump declarado. «Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país. (...) Eso nunca jamás sucederá», declara el político de centroizquierda (BAE Negocios, 29.04.25).
La fuerza de Sheinbaum deja a las oposiciones un estrecho margen de maniobra. El PAN sigue sin descifrarse. La crisis poselectoral de 2024, atribuida en buena medida a su alianza con el PRI, la agravan su pasividad y sus contradicciones. Frente a la falta de figuras nuevas, con fuelle, y de propuestas convincentes para la ciudadanía, la atención la acapara el senador Ricardo Anaya. Candidato presidencial en 2018, el panista acusó al Gobierno de Peña Nieto de utilizar a la Procuraduría General de la República (PGR) para involucrarlo en operaciones de lavado de dinero. La PGR lo exoneró dos días antes de las elecciones. Anaya obtuvo 12.6 millones de votos, 17.4 millones menos que López Obrador.