
Llaman a erradicar la violencia familiar desde el interior del hogar
La mayoría de los agresores en casos de violencia familiar en Coahuila no vienen de fuera, son de la entidad; así lo reveló la titular de la Secretaría de las Mujeres, Mayra Valdés González, al señalar que nueve de cada diez personas que ejercen este tipo de violencia son originarias o residentes del estado.
Los datos, obtenidos a través de los Centros de Empoderamiento de la Mujer, muestran que solo el 10% de los agresores provienen de otras entidades, lo que apunta a un problema de raíz local.
Para la funcionaria, esta situación es reflejo de una cultura machista que sigue presente entre los hombres coahuilenses.
“Es una alerta que no podemos ignorar. El machismo no ha desaparecido y lo estamos viendo reflejado en los hogares”, declaró Valdés González, quien destacó la necesidad de emprender campañas permanentes sobre la construcción de una masculinidad responsable.
Advirtió que la violencia familiar no solo daña a la víctima directa, sino que también deja huella en los hijos, quienes corren el riesgo de normalizar esas conductas y repetirlas en su vida adulta: “Romper ese ciclo es fundamental. No podemos permitir que la violencia se herede de generación en generación”, expresó.
Además, hizo un llamado a la corresponsabilidad en la crianza, pues tanto madres como padres deben involucrarse en la educación en valores de sus hijos: “No se trata solo de lo que hacen las instituciones, esto comienza en casa. Es responsabilidad de ambos padres”, enfatizó.
Aunque Coahuila mantiene buenos indicadores en materia de seguridad pública, ubicándose entre los tres estados más seguros del país, la Secretaria reconoció que el mayor desafío está dentro del hogar, donde la violencia muchas veces se oculta tras las paredes.
“La violencia intrafamiliar no siempre se denuncia, pero tiene efectos devastadores. Necesitamos atender el problema desde la raíz cultural”, afirmó.
Valdés González concluyó que erradicar el machismo no es una tarea sencilla ni inmediata, pero sí posible si se trabaja de manera constante y colectiva: “La transformación empieza con reconocer el problema. Solo así podremos aspirar a una sociedad más justa y libre de violencia”, puntualizó.