Quién es León XIV, un Papa estadounidense que no es gringo o un Papa latinoamericano educado en inglés? Robert Francis Prevost Martínez, el primer estadounidense en ser electo pontífice, es un buen ejemplo de la universalidad de las nuevas identidades en un mundo global. Nació en Chicago. Su padre era hijo de migrantes franceses y su madre de ascendencia española. Prevost es agustino recoleto, una orden mendicante (es decir, que vive de la caridad) y profundamente espiritual. Estudió Matemáticas antes que Filosofía y Teología. Tres años después de su ordenación fue enviado a Perú y a partir de ahí su carrera fue un ir y venir entre Perú, Estados Unidos, donde desempeñó cargos de administración de la orden, y Roma cuando fue electo Prior General de los Agustinos por doce años. En 2014 Francisco lo nombró administrador de la diócesis de Chiclayo, en noroeste del Perú, donde se había arraigado, y un año después decidió hacerse peruano. En el 2023 el mismo Papa Francisco lo nombró cardenal y lo regresó a Roma como presidente del Dicasterio para los obispos, un cargo de absoluta confianza. Su trabajo consistía en encontrar entre los sacerdotes del mundo candidatos a obispo con el perfil que le gustaba a Francisco: que no fueran príncipes sino pastores.
Adoptar el nombre de León XIV, en referencia a León XIII es un signo de la vocación del nuevo pontífice. León XIII fue el papa que condujo a la iglesia por los enormes cambios que produjo la revolución industrial del siglo XIX y es el creador de la llamada doctrina social de la iglesia católica a través de la encíclica Rerun Novarum (que podemos traducir como "De las cosas nuevas o "De los cambios revolucionarios") que habló por primera vez desde el vaticano sobre la situación de los obreros y la justicia social. A León XIV le tocará conducir a la iglesia en medio de la revolución de la inteligencia artificial que genera nuevas formas de exclusión y desigualdad.
Prevost quiere ser un puente, como lo expresó en su mensaje. Un puente entre los liberales de la iglesia católica, con quienes comparte la necesidad de una pastoral de fronteras, y los conservadores, eternamente preocupados por la norma; fray Robert, como lo conocían sus compañeros, es un canonista que habla su idioma. Un puente también entre la parte de la iglesia que aún tiene fieles, la de América latina, y las diócesis que tienen el dinero, las de Estados Unidos. Un puente entre la iglesia poderosa y la de los desposeídos.
¿Estadunidense o latinoamericano? Las dos cosas. Resultó altamente significativo que, en su primer mensaje, las pocas palabras que no expresó en italiano las haya pronunciado en español y fueran de agradecimiento a la diócesis de Chiclayo. Su formación y su gestión como administrador es estadounidense; su pastoral latinoamericana. Es un papa gringo con sabor peruano, tan peruano como la típica papa huancaína de Chiclayo.