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Las palabras tienen la palabra

ESTA ERA TAN MODERNA

JUAN RECAREDO.-

Un día dije satisfecho: ahora sí, ya sé cómo enviar y recibir mensajes por el Messenger… ya puedo chatear —como dicen los chavos de onda— y así andaba con la sonrisa de oreja a oreja. Gran decepción me llevé cuando un sobrino me dijo: “¿Todavía usas el Messenger, tío? Uh, ¡qué anticuado! Ahora la onda es el Snapchat y el Instagram”.

También le quise presumir que sí le movía bien al Facebook, pero me respondió que “el Facebook es para viejillos”. ¡Chamaco canijo! Esas son las llamadas redes sociales, pero ya me da flojera aprender a usarlas, porque ya sé que para cuando aprendo a usar una de ellas, ya salieron otras tres y me quedé más atrás.

Yo ya me sentía muy orgulloso de ser todo un cibernauta. Ya sabía que password es la clave que te da acceso a un contenido protegido.

Puede llamársele contraseña, pero si dices password estás más in.

Ya había aprendido a divertirme poniéndole a cada uno de mis mensajes una carita expresiva de las llamadas emoticones. ¿Por qué ese raro nombre? Pues porque son íconos que muestran emociones.

Ahora me voy enterando que los emoticones sólo lo usan las chicas muy fresas. Ya ni siquiera les llaman así, ahora les dicen emojis.

Yo ya tenía muy aprendido lo que era un link, que es el enlace que te lleva a “alguna otra parte” de Internet; o sea para abrir una página, por ejemplo. También ya me había enterado de lo que es un hacker, que es un pirata informático que se anda metiendo en computadoras que no debe, para hacer daño o para sacar información, que a veces es sumamente comprometedora. Ahora me dicen que hasta los teléfonos inteligentes se pueden hackear —entonces no son tan inteligentes que digamos— y extraer todas las fotos que has tomado. Yo me pregunto: ¿para qué hacen tal cosa? Sólo van a encontrar fotos aburridas mías con algún amigo, pero luego pensé que hay personas que les gusta tomarse fotos comprometedoras y las guarda en su teléfono, luego se las roban y, ¡órale! todos las podrán ver; o pueden chantajear a la persona para que pague por no publicar sus fotos en situaciones vergonzosas. ¡Pues no se tomen fotos así, gente! digo yo.

Pero así me sucede: voy resolviendo una incógnita y van apareciendo más y más, o sea que se van multiplicando hasta el infinito.

Ahora me hablan de iPhone, de Android y de apps. Tendré que seguir investigando si quiero por lo menos actualizarme un poco en el medio de la cibernética.

Me conformaría con saber utilizar un poco más mi teléfono celular que aparte de eso es cámara fotográfica, cámara de video, calculadora, grabadora, reproductor de música y un montón de cosas más. Ya me han enseñado a usar todos esos recursos varias veces pero pronto se me olvida.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected], X: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA Silvia Escalona: Mi abuela decía a veces que le dolía el cuadril. ¿Cuál es el cuadril?

LE RESPONDO: Seguramente su abuela se refería a la cadera.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: La peor decisión es la indecisión.

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