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Las palabras tienen la palabra

Cuando nació todo

JUAN RECAREDO.-

Por lógica, si las cosas tienen un final, pues también deben tener un principio y al respecto hay una pregunta que desde hace mucho nos inquieta: ¿en dónde y cómo nace nuestro idioma? Papá, ¿por qué hablamos español? Le pregunta un niño a su papá y éste le contesta con tono de “no seas babas” … pues porque nos conquistaron los españoles. Pero eso, al niño, no lo deja satisfecho.

Para cuando se le ofrezca, voy a darle a usted una idea más o menos sintética de los orígenes de nuestro idioma.

La nuestra es una lengua romance… ¡Ay sí, mucho romance! Dirá alguno por ahí.

Bueno, el concepto que tenemos ahora de lo romántico es muy diferente al de sus orígenes. Las lenguas romances o románticas no se llaman así porque sean propias para la intimidad sino porque provienen de los antiguos romanos, los romanos obviamente de Roma.

Los primeros romanos vinieron de la región del Lacio, y los del Lacio pues eran los latinos y su lengua el latín.

Las raíces de nuestro español, en tres cuartas partes, podemos decir que son de origen latino. La razón es que la historia del mundo siempre ha sido —y seguirá siendo— una sucesión de invasiones y dominaciones. A lo que hoy es España y Portugal, primero llegaron los iberos, por eso se llama la Península Ibérica.

Entonces los iberos dijeron: “Pues aquí está bien” y como posesionarios, sin más ni más invadieron aquel predio. Sin embargo, nada más pasaron así unos siglitos porque llegaron los celtas y los echaron en corrida. Como auditores de Hacienda, los celtas —que eran suficientemente canijos— se posesionaron del lugar y como nadie les dijo nada, ellos pensaron: “pues ya la hicimos”.

Al ver aquella invasión, los fenicios y los cartagineses hicieron lo mismo. Al rato, apenas habían pasado unos 400 años, cuando ya sólo faltaban dos siglos para Navidad, o sea, para la llegada de Cristo, llegan a la Península Ibérica los romanos… y venían cargando hasta con el perico, o sea, que pensaban quedarse y eso fue exactamente lo que hicieron.

Entonces los romanos empezaron a imponer entre los iberos sus leyes, su educación, su religión y su idioma: el latín. Aunque para los iberos, el latín era una lata, se mezcló con la lengua que hablaba el pueblo y así surgió un latín vulgar o popular que fue la base de la lengua que hablaba el pueblo.

Pero las invasiones siguieron… y seguirán.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios. [email protected] X: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA Marisol López: “Refiriéndome al verbo absorber, ¿cómo debe decirse: yo absorbo o yo absuerbo?”

LE RESPONDO: El verbo absorber es regular. Eso quiere decir que en todas sus formas conjugacionales conserva la primera parte de la palabra: absor-Yo absorbo, tu absorberás, ella absorbió. No te confundas con el otro verbo absolver, que es irregular. Ese sí cambia, se dice: Yo absuelvo, etc.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Dijo Alfred de Musset: “El beso es el contacto de dos epidermis y la fusión de dos fantasías”.

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