YO PREFIERO SONREÍR
Como todo el mundo tengo mis momentos de tristeza, de cansancio, de inquietud y malestar, pero creo que no es justo andar endosando mis amarguras y penas por ahí.
La gente que me rodea tiene el derecho de verme alegre. Estoy convencido de que cuando me muestro sonriente, comunico felicidad a los demás, aun cuando "vaya usted a saber cómo la estoy pasando por dentro".
Ya lo tengo comprobado, que al dar felicidad a los demás, ésta a mí también me llega, aunque sea "de rebote" y me permite sobreponerme a mis tragedias y sentirme contento.
Por supuesto que no falta aquel que, con dedo acusador, señala que "para sonreír sinceramente debes sentirte bien. Si no es así, te estás haciendo tonto".
Tiene algo de razón, pero no del todo. No puedes hacerse tonto a ti mismo y creer que eres feliz así como así, pero si te enfocas en procurar la felicidad de los demás, finalmente vas a encontrarte "accidentalmente" con la propia. Es como cuando quieres fingir una risa y te empiezas a reír a fuerza, acabas carcajeándote de verdad.
"El buen humor es una victoria sobre el propio miedo y sobre la propia debilidad", así dice una reconocida psicóloga. "La gente malhumorada suele esconder su inseguridad o su angustia detrás de un modo brusco y distante y con el tiempo eso acaba haciéndose habitual y se convierte en un rasgo de su carácter".
Entonces, si vas haciéndote de un carácter malhumorado, cada vez va a ser más difícil que te brote naturalmente el buen humor porque tú mismo ya te autoetiquetaste y todos los que te rodean saben que tu estado normal es enojado, refunfuñando de todo y de todos.
Así caes en un círculo vicioso: nunca encuentras oportunidad de reír porque siempre estás de mal humor y siempre estás de mal humor porque no encuentras motivos para reírte, pero si te lo propones, con un poco de esfuerzo puedes romper ese círculo. Poco a poco empiezas a aprender a tomar tus problemas, miedos y debilidades con un poquito de humor, aprendes a no hacer de todo una tragedia y al mismo tiempo aprendes a reírte de ti mismo.
Todo lo que se hace sonriendo nos ayuda a ser más humanos, a moderar nuestras tendencias agresivas, a comprender a los demás y a comprendernos mejor a nosotros mismos.
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios. [email protected] X: @donjuanrecaredo.
ME PREGUNTA Orlando García: La palabra adisgusto ¿es correcta para decir que no nos gusta algo?
LE RESPONDO: La palabra "adisgusto" no existe como tal. Existe la expresión "a disgusto" (en dos palabras separadas) y se aplica efectivamente para algo que no nos gusta, que nos hace estar "a disgusto".
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Es terrible que alguien que no tiene algo que decir, lo diga.