Aurelio y Eulogia se aman con euforia, y una de las razones de esta mutua atracción es que sus nombres contienen todas las cinco vocales, lo mismo que "euforia". Este insólito caso es una feliz curiosidad de nuestro lenguaje, y podemos encontrar otras rarezas porque el español es rico en vocabulario, expresiones ingeniosas y muchas cosas más, como las palabras y frases monovocálicas (el título del presente artículo es una ilustración de dichas locuciones). Ahora lo voy a entretener con la exposición de una palabra peculiar de nuestro idioma.
La voz específica que tiene la característica de ser la más larga en nuestro lenguaje, es electroencefalografista. Sí, leyó usted bien, es la palabra con más caracteres, golpes o letras en el idioma de Cervantes. Si usted encuentra una mayor, por favor avíseme. Advertimos que se trata de palabras sin accidentes modificadores, como aumentativos o diminutivos.
Este señor o señora, es quien se encarga de tomar los electroencefalogramas de la gente, a veces pacientes de algún neurólogo o un médico de otra especialidad.
La primera parte de esta palabra es 'electro', que consiste en un procedimiento donde interviene la electricidad. Para realizar un encefalograma se emplean aparatos eléctricos, los que se enchufan y en nuestros días son muy numerosos. Por otra parte, la fuerza eléctrica es suministrada por una red pública de donde procede la energía producida por una empresa de gran tamaño y que emplea grandes cantidades de suministros.
Pero lo que en realidad nos dice la palabra que ahora examinamos es que el cerebro produce electricidad, y el procedimiento aquí aludido es el registro de la actividad con esa naturaleza proveniente de nuestro órgano pensante, pero eso no obsta para que aludamos a la utilización comercial de este fluido en el procedimiento.
La palabra española 'eléctrico' proviene de sustantivo griego Elektron, que significa ámbar, la resina fosilizada de origen vegetal que cuando se frota es capaz de atraer partículas de polvo u otras cosas muy livianas, es decir, produce una energía a la que luego se le llamó eléctrica (ambarina).
La segunda parte de esta larguísima palabra es encéfalo, que a su vez está compuesta por dos voces: la preposición 'en', que significa dentro de algo, y 'céfalo', que procede del sustantivo griego kefalé, con significado de cabeza. Entonces, el encéfalo es todo lo que tenemos dentro de la cabeza, que incluye principalmente el cerebro, órgano que controla muchas funciones humanas, como el pensamiento, el movimiento, las emociones, la memoria, el habla, la lectura y la escritura. También controla funciones que no se perciben conscientemente, como los latidos del corazón y la digestión.
Aquí tenemos ya tres elementos para comprender este vocablo tan luengo: algo que sucede dentro de la cabeza, pero principalmente en el cerebro, y que ocurre porque este órgano genera electricidad.
Después sigue el elemento grafía, que consiste en la escritura, o más exactamente, en la expresión de algún concepto, proceso o cualquier cosa que pueda representarse en algún medio material.
Grafía viene del verbo griego 'Grapho' que significa escribir, aunque en el caso de la electroencefalografía se trata no de escritura propiamente dicha, sino de esquemas o líneas que el electroencefalógrafo produce como resultado de la actividad cerebral. Estas rayas, juntas, forman una gráfica, sustantivo que designa al conjunto de trazos interpretados por el profesional en estos difíciles e intrincados menesteres.
Por último, aparece el sufijo 'ista', muy común en nuestro lenguaje y que tiene el significado de persona que se dedica a una profesión u oficio determinado. Es de género común y esto quiere decir que se aplica tanto a los hombres como a las mujeres que ejercen una actividad remunerada. El mismo sufijo designa también a los seguidores de una ideología, como a los comunistas, los capitalistas, los anarquistas y otros.
Entonces ya tenemos el significado completo de esta voz tan extensa: Electroencefalografista, persona (varón o mujer) que ejerce el oficio de tomar las gráficas producidas por las ondas eléctricas del cerebro a los pacientes en una institución de salud o de investigación. Él entrega estas gráficas al médico, neurólogo o investigador para su ulterior interpretación.
Las palabras más largas del español generalmente son compuestas y además técnicas, se utilizan en las ciencias y actividades tecnológicas.