CALOR Y DESHIDRATACIÓN: GOLPE DE CALOR
En esta temporada de calor debemos extremar precauciones con nuestras mascotas. Es recomendable mantenerlas siempre en un lugar fresco y bajo techo.
Los principales síntomas de deshidratación son: piel laxa y apergaminada, ojos hundidos y de apariencia seca, jadeo excesivo y disminución notable de energía en sus movimientos.
Los animales con piel oscura deben ser protegidos aún más de los rayos solares, ya que su color provoca una mayor absorción del calor.
Cuando los sometemos a ejercicios extenuantes durante las horas de más calor, es común observar que babean, vomitan y jadean en exceso (esto como un intento por regular su temperatura). En casos más graves, pueden quedar postrados en alguna sombra durante largo tiempo. Por lo tanto, recomendamos no sacar a pasear ni ejercitar a los perros en las horas de mayor calor. Si se desea salir, lo ideal es esperar a que el sol se haya ocultado. El paseo debe ser pausado, con periodos de descanso. Al regresar a casa, es importante dejarlo reposar hasta que su respiración se normalice, luego ofrecerle agua limpia a libre acceso y, si corresponde a su horario de comida, proporcionarle su ración habitual.
En esta temporada me ha tocado ver perros de talla mediana y pequeña que, tras vomitar una o dos veces, quedan desfallecidos e incluso presentan temblores musculares. Por ello, recomiendo extremar cuidados, como añadir suero al agua durante los días más calurosos, garantizar una buena nutrición y permitir ejercicio únicamente cuando el clima lo permita.
Ante cualquier cambio anormal que observe en su mascota, lo más recomendable es consultar a su médico veterinario de confianza. Él podrá brindarle las indicaciones adecuadas o, si es necesario, realizar una revisión clínica para determinar si hay algún grado de deshidratación y establecer un tratamiento específico para el caso.
Y para cerrar, una gota de filosofía: Un ganador es un perdedor que nunca se dio por vencido.