Andrés Manuel López Obrador es uno de los pocos políticos que logró hacer de la política su propia versión de dar un giro total a los procesos o etapas que marcan el desarrollo de un partido para involucrar a sus militantes o seguidores, su triunfo en 2018 después de haber argumentado fraude electoral en anteriores elecciones lo colocó en el escenario perfecto para colocar sus tesis, se proclamó heredero de las transformaciones que marcaron la historia de nuestro país y que nos colocaron como una nación libre, soberana e independiente. Desde su arribo a la Presidencia no ofreció la estructura clásica de la gobernanza si no el despliegue de su temperamento: "primero los pobres" y el empoderamiento de la política social, la respuesta fue inmediata aceptación y apoyo de una gran mayoría que lo escuchaban todas las mañanas como al arpa de David para calmar las inconformidades de la mente. A lo largo del sexenio la izquierda bajo su liderazgo se fue justificando en la voluntad del pueblo sabio, entrando así al vuelo poderoso del poder.
Hoy nos damos cuenta del legado, no es el culmen de una política de Estado pero no encuentro los vasos comunicantes ¿fue un experimento? me remito a las raíces generativas del concepto y a la semántica: intervención relacional activa, deliberada, controlada y dosificada, mediante manipulación de variables en torno a los objetos y circunstancias para lograr resultados, en fenómenos es guiada, planeada, dosificada, corroborada.
El Estado de Derecho, de oportunidades y de proyectos de vida personal que vivimos los de mi generación ya no existe, la Suprema Corte, gran cantidad de Instituciones, libertad de expresión, respeto a medios de comunicación Universidades con margen de maniobra, un país sin tanta violencia, derecho a votar sin manipulaciones tan visibles. A lo largo del siglo XX tuvimos en México gobiernos cuya actuación no es fácil de olvidar por el daño causado con su soberbia e impotencia para el diálogo y la comprensión: Gustavo Díaz Ordaz marcó para siempre el futuro de miles de jóvenes y sus familias, José López Portillo terminó su sexenio rodeado de escándalos y frivolidades, hoy todavía no percibo la luz al final del túnel.
No es fácil para la Presidenta Claudia Sheibaum poner orden al desorden o presentar con éxito una realidad distinta.
Ya no hay justificación posible, no hay diálogo no existe el debate, la oposición se ha visto disminuída pero es deseable su intervención, los errores han sido la puerta de entrada para los ordenamientos del Presidente Trump en la más difícil de las relaciones comerciales de que se tenga memoria, el imperativo de la confianza exige crear en México un Sistema de Garantías, la política no puede ser un feudo donde se oculten las intenciones, su objetivo desde los clásicos del Renacimiento es la conciencia de fines, cuánta razón tenía platón con su metáfora : los políticos deberían de ser sabios y los sabios deberían de ser políticos.
México está dividido, la demagogia los extremismos dogmáticos las divisiones partidistas y desleales la euforia legislativa no permiten la construcción sólida de un futuro, el camino es muy difícil y si a esta parafernalia le agregamos la violencia de los cárteles colocamos sobre el devenir de niños jóvenes y mujeres la antinomia de Heráclito: morir en vida, vivir en muerte la tesis del ex presidente se proclamó como la cuarta transformación, pero las evidencias nos arrojan una destrucción, es decir una antítesis en el inicio de la continuidad.