Después de la dolorosa derrota en su pelea de debut, Mijares, quien tuvo como su primer ídolo y ejemplo de motivación al “zurdo de oro” Vicente Saldívar, ex campéon mundial de peso pluma, logró una cadena de triunfos sobre los mejores peleadores de la localidad, destacando triunfos ante el también gomezpalatino Andrés “Vital” Ríos, y el torreonense José Luis Medrano, a quien venció por nocaut técnico en el SÉPTIMO ROUND, conquistando con este último triunfo el campeonato pluma de La Laguna. De ahí nació precisamente el nombre del gimnasio en el que Vicente, una vez retirado, en su papel de manejador impartió sus conocimientos, principalmente a los miembros de su familia que decidieron también incursionar en la violenta profesión, y de donde surgió para orgullo del boxeo mexicano, el famoso “Diamante Lagunero” Cristian Mijares.
Las victorias alcanzadas por Vicente, por encima de los contendientes de mayor nivel a los que superó con lujo de facilidad, lo llevaron a enfrentarse al también lagunero Sigfrido Rodríguez, un peleador de estilo muy difícil, y que además incluía en su récord triunfos sobre los mejores ligeros del país, como; José Luis “El Maestrito” López; Leoncio Ortiz, Fermín Soto, Lupe Galindo, y el “Diamante Tamaulipeco” Aurelio Muñiz, entre otros, además de un empate con sabor a victoria ante el michoacano Ricardo Arredondo, quien posteriormente llegaría a convertirse en campeón mundial de los superplumas.
En virtud de la enorme diferencia entre los rivales a los que ambos contendientes se habían enfrentado, Sigfrido era marcado como favorito, pues se trataba además del peleador lagunero mejor colocado en las listas nacionales en la división de los livianos. La pelea se celebró en marzo de 1975 en la Plaza de Toros Torreón, y Vicente se impuso por una amplia decisión unánime, que le indicaba que su calidad y técnica boxística eran suficientes para conquistar nuevos horizontes.
De tal manera, Mijares aceptó la sugerencia del entonces peleador sinaloense avecindado en ese tiempo en Gómez Palacio, Hipólito “Zovek” Barajas, para que decidiera emigrar a los Estados Unidos, teniendo como intermediario en la ciudad de Mexicali, Baja California, al ex peleador tapatío de peso gallo “Chucho” Pimentel, quien a su vez lo encaminó hasta llegar con el famoso “Ruso Loco” Harry Kabakoff, quien se encargaría de dirigir al estilista lagunero en sus peleas de nivel internacional, iniciando con una victoria ante el japonés Sanjo Takamori, en el Olympic Auditoriun de Los Angeles, California.
Luego de victorias ante el mexicano “Memín” Becerra, y el francés Claude Durden, Mijares alcanzó en noviembre de 1975 el triunfo que lo colocaría en el escaparate mundial, al vencer por nocáut técnico en 8 episodios a Randy Shields, la entonces “esperanza blanca” de los norteamericanos, que ya lo veían casi como monarca mundial de las 135 libras.
No conformes con lo anterior, los dirigentes de Shields, encabezados por su señor padre, negociaron la pelea de revancha, misma que se llevó a cabo en febrero de 1976, en el mismo Olympic Auditorium, y como eliminatoria para disputar el título mundial de los ligeros.
Mijares venció nuevamente a Shields, esta vez por una clarísima decisión unánime, que de pasada lo colocaba ya entre los mejores peleadores de su categoría y desde luego, con el derecho a disputar la corona universal de la división. Enseguida, y sin conocer aún la derrota después de su debut, Vicente conquistó el campeonato ligero de norteamérica al vencer al experimentado Arturo “Tury” Pineda, quien ya venía de disputar sin éxito el campeonato mundial al japonés Ishimatsu Sususki. Vicente derrotó a Pineda por decisión unánime, y después se impuso al dominicano y primer ligero del mundo Vilomar Fernández, en pelea semifinal de una cartelera de lujo, encabezada por dos leyendas de peso completo, en la que George Foreman venció por nocaut técnico en 5 rounds a “La Máquina Humeante de Filadelfia” Joe Frazier.
Después de defender con éxito su Título de Norteamérica, en trepidante pelea ante el mexicano Javier Muñiz, en la Plaza de Toros Calafia, de Mexicali, B.C., y victorias sobre el filipino Mar Basa, y el mexicano “Canelo” Salinas,a quien se impuso por nocaut en 5 vueltas en San Antonio, Texas, Mijares, con 23 años de edad, emprendió el viaje que lo llevaba a disputar por fin la ansiada corona mundial de los livianos, que en ese entonces estaba en poder del borinqueño Esteban de Jesús. (Continuará...)