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Gaza y Cisjordania: trabajo destruido, economía en ruinas

ALEJANDRO ESPINOSA YÁÑEZ

Alain Chanlat hizo del Humanismo y Gestión su tarea de vida.

In memoriam

En el documento de la Organización Internacional del Trabajo, titulado La situación de los trabajadores de los territorios árabes ocupados (Conferencia Internacional del Trabajo, 108.ª reunión, 2019), se señala que la situación de los trabajadores palestinos, en su tierra invadida, ya era crítica antes de la actual devastación. En 2019, la Conferencia Internacional del Trabajo alertaba sobre la condición de crisis de los acuerdos de Oslo. La evidencia: "En la Ribera Occidental, con inclusión de Jerusalén Oriental, continúa la expansión intensiva de los asentamientos. La zona C sigue siendo en su mayor parte inaccesible para los palestinos; Jerusalén Oriental está aislada de las tierras palestinas por la barrera de separación; su anexión por Israel ha sido ahora aceptada de facto por algunos países. El bloqueo de Gaza ha llegado a tal extremo que la vida en ese enclave corre el riesgo de volverse insostenible". No es sorpresa, es común que cuando se alude a Gaza se hable de la prisión a cielo abierto más grande del mundo. El amurallamiento de la sociedad palestina para subordinarla, controlarla, quebrarla -en esta tarea está empeñado el gobierno de Israel-. Antes del octubre del 2023, "la vida en ese enclave corre (corría, N/E) el riesgo de volverse insostenible". El tiempo nos alcanzó.

En el informe citado se insistía en la ilegalidad de los asentamientos: "Todos los asentamientos en el territorio ocupado son ilegales en virtud del derecho internacional. En la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se exhorta a Israel a que 'ponga fin de inmediato y por completo a todas las actividades de asentamiento en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén Oriental' (Naciones Unidas, 2016). En lugar de ello, desde su adopción en 2016, se han construido, están en curso de construcción o en proyecto miles de nuevas viviendas en los territorios ocupados. Muchas se encuentran en pleno territorio de la Ribera Occidental. La expansión de los asentamientos prosiguió a lo largo de 2018 a un ritmo acelerado. Actualmente, más de 600 000 colonos israelíes están instalados en la Ribera Occidental y Jerusalén Oriental, lo que representa 23 colonos por 100 palestinos en la Ribera Occidental y 70 colonos por 100 palestinos en Jerusalén Oriental". Están circulando vídeos, en estos días, en material difundido por la BBC, de hordas de colonos armados hasta los dientes para apoderarse de las tierras palestinas. Si tienen que quemar coches y casas, no dudan en hacerlo. Tampoco para matar a los que se opongan o no corran lo suficientemente rápido: muerte sin piedad. Sumemos a esta condición de inestabilidad política y emocional la crisis laboral prolongada. Por ejemplo, en lo que hace al control fiscal, se plantea: dos tercios de los ingresos de la Autoridad Palestina están bajo control israelí. Desde 2019, Israel retiene ingresos aduaneros y de IVA, afectando directamente la capacidad de pago de salarios públicos. La justificación del gobierno de Israel para retener más del 6 por ciento de los ingresos en los aranceles aduaneros es que la Autoridad Palestina utilizaba esos "fondos para atender a los prisioneros y detenidos condenados o acusados por atentar contra la seguridad de israelíes, así como a las familias de esos prisioneros y detenidos". Destruyen escuelas y hospitales porque allí se ocultan fuerzas de Hamás. En la misma lógica, incrementan los aranceles porque los recursos que llegan a manos palestinas se utilizan contra la seguridad de la población de Israel.

El crecimiento económico por debajo de la tasa demográfica, con las implicaciones en el incremento de la pobreza, el desempleo. Por ello, el mercado laboral palestino se desplomó incluso antes de las últimas ofensivas: en 2019, una de cada dos personas estaba desempleada; entre mujeres y jóvenes, dos de cada tres carecían de empleo. El reporte describía también las condiciones infrahumanas en la construcción israelí: largas colas en los cruces y decenas de muertes anuales en accidentes laborales, la mayoría palestinos. Si alguien tiene que morir en las actividades de construcción, que sean los albañiles palestinos, por largas jornadas de trabajo, por andamios defectuosos, por la falta de equipo de protección, en especial la que debería otorgarse a los palestinos. "En 2018, 38 trabajadores, de los cuales más de un tercio eran palestinos, perdieron la vida en obras de construcción israelíes"; "en el primer trimestre de 2019, el número de accidentes del trabajo mortales en Israel ascendía a 19, y de ellos diez se produjeron en obras de construcción. La mayoría de las víctimas eran palestinos". La situación en Gaza se resumía en una frase: "Gaza está al borde del colapso. Hace más de doce años que dura el bloqueo terrestre, aéreo y marítimo impuesto en este territorio… El enclave se está desindustrializando y el sector agrícola se ha contraído hasta representar menos del 5% del PIB". Esta es una lectura que al menos se realizó, en su último momento, hace seis años. La actual ofensiva militar ha terminado de devastar esa frágil base productiva. Según la UNCTAD, el Producto Interno Bruto de Gaza cayó 81% en el último trimestre de 2023, arrastrando a toda Palestina a una contracción del 27% en 2024. El PIB pasó de 4,693 millones de dólares en 2023 a 3,422 millones en 2024. El 82% de las empresas en Gaza fueron dañadas o destruidas, lo mismo que entre el 80% y el 96% de los activos agrícolas (sistemas de riego, huertos, ganado, maquinaria). Se trata de un colapso integral que agrava la inseguridad alimentaria y empuja a la población de ingresos medios-altos a niveles medios-bajos. En Cisjordania y Jerusalén Este, el desplome no es menor: la expansión de asentamientos, la violencia de colonos y las confiscaciones de tierras derrumbaron sectores clave como comercio, turismo y transporte. En 2023, un crecimiento inicial del 4% se convirtió en una contracción del 19% en el último trimestre. Menos de la mitad de los palestinos en edad de trabajar tienen empleo. El ingreso en el mercado de trabajo es uno de las más bajos del mundo. El mercado laboral, incapaz de generar empleos suficientes, expulsa a los jóvenes y limita el acceso de las mujeres al trabajo remunerado. Resuenan los ecos del odio de que hay que desarmar a los palestinos por todos los medios. La dependencia respecto a Israel se acentuó en la última década: un tercio de los ingresos de los hogares de Cisjordania provenía de empleos en territorio israelí, aunque bajo condiciones precarias y con riesgo constante de accidentes, como anotamos líneas arriba. Hoy, ese acceso se ha reducido drásticamente, cerrando incluso esa vía de subsistencia. La UNCTAD advierte que la ocupación es el principal obstáculo para el desarrollo económico palestino. El bloqueo de Gaza, las restricciones a la movilidad y la retención de ingresos fiscales impiden cualquier recuperación. La devastación económica actual supera incluso las confrontaciones militares anteriores.

El llamado es claro: se necesita una intervención internacional inmediata para detener la caída, aliviar la crisis humanitaria y plantear un plan integral de recuperación que incluya levantar el bloqueo, liberar ingresos retenidos y sostener la economía palestina.

Concluyamos con algo que por desgracia va a continuar. Nos referimos a la limpieza étnica y la develación clara de Israel como estado colonialista. La ofensiva no se limita al plano económico. El 21 de agosto se reportó: "Limpieza Étnica. Israel avanza con nuevos asentamientos en Cisjordania". Ese mismo día se documentaba: "Es genocidio. Los propios datos del ejército israelí indican una tasa de mortalidad civil del 83% en Gaza". Pocos días antes, el 15 de agosto, el ministro de Finanzas israelí Bezalel Smotrich llamó a anexar toda Cisjordania por "Promesa Divina": "el objetivo es enterrar cualquier idea de un Estado palestino".

Estos hechos muestran que, a la degradación del mercado de trabajo -sostenida y sistemática-, se suma una ofensiva dirigida a destruir la condición moral y política del pueblo palestino. La caída en el Producto Interno Bruto en Palestina es vertical. Las unidades económicas, en su gran mayoría micronegocios y pequeñas empresas, están viviendo el embate para sobrevivir: rotas las cadenas de suministro, así como la inexistencia de capacidad de consumo, la pobreza se ha apoderado del territorio palestino. En el presente, ahora, la asfixia económica y laboral va de la mano con el despojo territorial y el intento de borrar cualquier horizonte de soberanía. La maldad de Israel oprime los sueños y esperanzas del pueblo palestino. Sueños como los de Elina, una niña palestina que roza los diez años, que perdió a sus padres y hermanos, y que quiere vivir como cualquier niña "normal". ¿Qué difícil es frente a los gatilleros israelíes?

PS. El 10 de diciembre de 2023 J. Milei, presidente de Argentina, tomó posesión de su cargo dando la espalda al Congreso de esa nación. Entre el miércoles y viernes, es decir, del 20 al 22 de agosto del 2025, el Congreso argentino dio la espalda al presidente Milei, al rechazar de manera amplia, contundente, un conjunto de decretos impulsados por el presidente argentino, por ejemplo, los que atentaban contra la población discapacitada, contra las universidades públicas, contra la atención pediátrica especializada concentrada en el importante Hospital Garrahan, entre otros. No hubiera sido posible este acto de dignidad legislativa sin los esfuerzos de mamás y papás en las calles, por sus hijos, de estudiantes y docentes, de médicos, personal paramédico y de enfermería. Un crisol de esfuerzo.

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