">">">

EDITORIAL columnas editorial Caricatura editorial

columnas

Frente al mundo roto, tejiendo la urdimbre humana

ALEJANDRO ESPINOSA YÁÑEZ

1. Más de 100 aviones militares recorrieron una distancia de 2 mil kilómetros. No fue un desfile militar, fue un ataque contundente de Israel a Irán (una declaración de guerra por su magnitud) (Jerusalem Post). Fue un ataque dirigido con información de inteligencia, que tuvo como destinatarios cuadros militares y científicos de alto nivel. No se trata de un acontecimiento inhóspito: Hay una saga amplia, de años incluso, de sistemáticos ataques; el relieve está en la escala de la ofensiva.

Sumemos a esta ofensiva de Israel las palabras de D. Trump, aliado incondicional en toda la aventura de muerte de Israel: "Le di a Irán una y otra oportunidad para llegar a un acuerdo. Les dije, con la mayor firmeza, que 'simplemente lo hicieran', pero por mucho que lo intentaran, por muy cerca que estuvieran, simplemente no pudieron lograrlo […]. Les dije que sería mucho peor de lo que sabían, anticipaban o les habían dicho: Que Estados Unidos fabrica el mejor y más letal equipo militar del mundo, con diferencia, y que Israel posee mucho, y mucho más por venir, y que sabe cómo usarlo. Algunos iraníes de línea dura hablaron con valentía, pero no sabían lo que estaba a punto de suceder. ¡Todos están muertos ahora, y la cosa solo empeorará!".

2. Gente que buscaba comida, palestinos para precisar, muertos de hambre, desesperados. De este puñado de descamisados y hambrientos, 62 personas fueron asesinadas por Israel en los primeros días de este mes de junio, durante los repartos de comida en Gaza. Parafraseando a N. Guillén, ¡me muero si no como, y si busco comida me matan, siempre me matan! Algunas visiones interesadas señalan que en la cultura árabe multiplican los números, o sea que esas 60 personas asesinadas realmente fueron veinte, o que los niños y las mujeres son parte ordinaria de escudos humanos. Se trata de una narrativa para esquivar la mano asesina. Pero el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, apuntaba sobre esto que se trataba de ataques mortales de Israel contra "desesperados" palestinos que intentaban acceder "a exiguas cantidades de ayuda alimentaria en Gaza". Jeremy Laurence, otro occidental, portavoz de derechos humanos en Ginebra, calificó como inconcebibles los ataques a gente que lo que busca es sobrevivir (Infolibre, 3 junio 2025).

3. Wayne Ivey, comisario, aquí en serio el de la ley del revólver, enfáticamente advirtió a los que generen disturbios (sobre todo dirigiéndose a migrantes), "no querrán que las cosas se pongan violentas en el condado de Brevard". Atendamos la lectura de la cartilla: "Si te resistes a órdenes de las autoridades, irás a la cárcel. Si bloqueas una intersección o una carretera en el condado de Brevard, irás a la cárcel. Si tratas de huir para no ser detenido, irás a la cárcel cansado, porque te vamos a perseguir". Pero la historia del suplicio continúa, más rudo aún: "Si nos escupes, irás al hospital y luego a la cárcel. Si golpeas a uno de nosotros, irás al hospital, luego a la cárcel y lo más probable es que seas mordido por uno de los perros que tenemos aquí". Y cuando parece que se llegó al límite, ¡sorpresa!: "Si lanzas un ladrillo, una bomba molotov o apuntas con un arma a alguno de nuestros agentes, le notificaremos a tu familia dónde pueden recoger tus restos, porque te mataremos".

En el mismo estilo de denme un migrante y les daré un muerto, Ron DeSantis, gobernador de Florida, estado de la Unión que cuenta con amplia presencia latina (claro, latinos más acomodados, en general, que el latino de Los Ángeles o de Chicago), sin perder la compostura, dijo lo siguiente: "Tenemos una política. Si conduces por una de esas calles y una turba entra, rodea tu vehículo y te amenaza, tienes derecho a huir por tu seguridad. Entonces te marchas, atropellas a una de estas personas, es su culpa por agredirte" (The Rubin Report).

4. Registrar lo enunciado, pensarlo, puede desembocar en la pregunta ¿qué hacer? El periodista argentino Alejandro Bercovich, por cierto, en Argentina se está pasando por un momento complicado, de gran efervescencia social por la condena política, no jurídica, a prisión, seguramente domiciliaria de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Condena llena de vericuetos mañosos (se habla de proscripción, de una demostración de los alcances del lawfare, como manipulación del derecho) a la dos veces presidenta, junto con una historia más larga de gestión y militancia, el periodista Bercovich celebraba realizar un programa de radio abierto (Pasaron cosas, 13/06/2025), como un punto de encuentro con una parte de la audiencia preocupada por la situación argentina. Aludía a una forma de encontrarse, en una sociedad en donde el individualismo ha llevado a preferir los cerrojos y vallas que a la construcción de zonas de cohesión social.

Algo parecido viví de manera personal. En mi caso, la realización del 4° Foro para Repensar la Economía Social y Solidaria: Cooperativas para la Solidaridad y el Desarrollo Sostenible (organizado por la Red para el Fortalecimiento de la Economía Social y Solidaria), en el que de manera puntual se decantó en un enfoque, con la pregunta: ¿Cómo las cooperativas abordan la pobreza, la igualdad de género y el crecimiento económico sostenible? Hugo Cabrera, Presidente de la Federación de Cooperativas Autogestionadas de la República Argentina (Fedecara), con una historia como obrero gráfico y fundador y expresidente de la Cooperativa Obrera Gráfica Campichuelo, fábrica recuperada de la Ciudad de Buenos Aires, con 34 años de experiencia (y de lucha tenaz), puntualizó las dificultades de las fábricas recuperadas en lo cotidiano: la cuestión de la gestión, la necesidad de conversar y transmitir saberes con otras organizaciones, la necesidad de desarrollar estrategias de comercialización, la articulación y desarrollo con la economía autogestionada y la necesidad de alianzas estratégicas con el objeto de construir proyectos comunes. No se reduce el maltrato de la gestión gubernamental y algo que asola a la economía popular: la bronca de los tarifazos -los aumentos en el pago de servicios, sin hacer distinción entre la gran empresa frente a una cooperativa. La lucha de los trabajadores es un desafío cotidiano insoportable para los enemigos de la cooperación humana.

Otra fue la participación de Tabita Valadez García. Mujer en lucha es su marca. Originaria de San Miguel Topilejo, Tlalpan, en su historia personal lleva 35 años de lucha social, trabajo comunitario y defensa del territorio (Hugo Cabrera, con 33 años de inicio en Gráfica Campichuelo). Tabita es fundadora del Centro de Servicios Comunitarios "Mujeres en Lucha", impulsando procesos de autogestión, acompañamiento psicosocial, participación de las mujeres, recuperación de espacios públicos y fortalecimiento del tejido comunitario, en una zona donde el discurso patriarcal, en el que las mujeres ocupan un lugar secundario, ha generado que Topilejo ocupe, de la ciudad de México, el segundo lugar en situaciones de violencia, por debajo del barrio de Tepito. En su intervención describió la lucha de las mujeres por recuperar un lugar en el que campeaba la muerte: un Rastro inaugurado por Gustavo Díaz Ordaz. Aprovechando la llegada del ingeniero Cárdenas al gobierno de la ciudad, y el impacto en la entonces delegación Tlalpan, la pujanza de las mujeres y la negociación con las autoridades locales devinieron en la recuperación de ese espacio, en el que ahora destaca la vida, el comedor popular, un gimnasio al que los jóvenes acuden a boxear, a comer, a atenderse médicamente en el consultorio popular; espacio al que se suma una cooperativa textil, en el entendido de que las mujeres en lucha han comprendido y ejercen en lo cotidiano la centralidad del trabajo.

Finalmente, David Barkin, investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, Premio Nacional de Economía Política, por el Colegio Nacional de Economistas y la Cátedra George Forster por la Fundación Alexander Von Humboldt, de Alemania, así como reconocimientos por sus aportaciones para la comprensión de la pobreza, en donde es pertinente apreciar el diseño e instrumentación de estrategias alternativas para la consolidación de comunidades campesinas e indígenas en América Latina, hizo un mapeo cuidadoso de la aportación de las experiencias de las comunidades indígenas en la reconstrucción de la vida social, destacando el caso de aportaciones significativas en materia de cuidado de la naturaleza. Barkin no desconoce las relaciones de poder y la racionalidad económica del capital como destructores de la Naturaleza, por lo que ha trabajado intensamente, desde hace más de cincuenta años, resalta en sus investigaciones el enfoque en la construcción de un paradigma alternativo a la racionalidad económica capitalista y a las instituciones del proyecto civilizatorio occidental, que responda a la generación de bienestar en las comunidades, contribuyendo en el impulso de la diversidad social y económica, así como la protección a la biodiversidad. El Dr. Barkin materializa parte del Orgullo UAM.

Tuve la oportunidad de acercar a nuestros invitados a platicarnos de que otro mundo es posible (véanse las líneas arriba trazadas). Sin eludir la violencia sin límites en la geografía mundial, también en coexistencia, lo que refresca el ambiente, es que en la cartografía de lo humano es tiempo de mujeres, de cooperativas, de fábricas recuperadas, de la necesidad de cambios en los planes y programas de estudio en las universidades públicas, tomando distancia de las hegemonías curriculares del capital, en ocasiones ilegibles para los que laboramos en universidades. Simplemente, fue un buen motivo para encontrarnos y trabajar por la vida.

*UAM

[email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Columnas editorial

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2391608

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx