Familia de ex obrero muerto en accidente exige justicia
Familiares y amigos despidieron entre lágrimas a Roberto Torres Sepúlveda, extrabajador de AHMSA, quien murió el domingo en Saltillo.
El accidente ocurrió a las cinco de la mañana cuando se dirigía a su nuevo empleo en Derramadero. El conductor responsable huyó del hospital.
El cuerpo fue sepultado en el panteón Santa Cecilia, del municipio de Castaños, donde vivía. Tenía 51 años y era originario de esta localidad.
Trabajó en Altos Hornos de México durante años, en el departamento de coquizadora. Fue uno de los miles que perdieron su empleo tras la quiebra.
Sus familiares exigieron justicia. Piden que detengan al responsable. El presunto causante del accidente, en el que murieron Roberto y tres personas más, se encontraba aparentemente ebrio, sobrevivió y huyó del hospital a donde fue internado por las lesiones que sufrió.
El hombre que provocó el accidente estaba detenido en el hospital, pero se dio a la fuga. Hasta el cierre de esta edición no ha sido localizado.
Torres se trasladó a Saltillo para sostener a su familia. Buscaba estabilidad laboral, tras no recibir finiquito ni liquidación de AHMSA.
No vio la solución de la quiebra de AHMSA
Roberto jamás vio cumplidos sus derechos laborales. Murió sin ver un peso de sus salarios caídos, prestaciones no pagadas ni su liquidación.
Amigos cercanos acompañaron a la familia en el sepelio. Muchos compañeros de la siderúrgica lo recordaron con respeto.
“Siempre fue un hombre trabajador y cumplido. Una gran pérdida”, comentó un extrabajador que acudió al funeral.
Su muerte el el resultado de migrar a otra ciudad a buscar empleo tras la crisis de AHMSA. Muchos como él andan buscando cómo sacar a sus familias adelante en algún nuevo trabajo, dentro o fuera de Monclova.
Para un desempleado de más de 35 o 40 años su realidad es no conseguir un trabajo bien remunerado. Por eso muchos ex trabajadores de AHMSA migraron a otras ciudades a buscar mejores oportunidades.
Piden justicia sus familiares
La historia de Roberto se suma a la de miles de trabajadores de Altos Hornos que siguen sin justicia ni respuestas del síndico de la empresa.
Roberto se ganaba la vida de forma honesta. Murió intentando rehacerla en otra ciudad, sin haber recibido lo que legalmente le correspondía.
“Él se fue buscando otra oportunidad, pero la tragedia lo alcanzó. Solo queremos justicia”, concluyó su familia.
