La economía mexicana antes del inicio de los actuales gobiernos de México y EUA, en octubre de 2024 y enero de este año respectivamente, mostraba ya signos de debilidad y diversos focos rojos. La situación ahora luce más sombría; a las debilidades internas se suman las amenazas de la estrategia de Trump en materia comercial, en específico la imposición de aranceles como arma de negociación para diversos propósitos.
Coahuila no escapa a esta problemática. Mediante el presente análisis buscamos saber qué tan resiliente es la economía estatal para enfrentar la nueva situación de incertidumbre externa e interna que estamos viviendo y que seguiremos viviendo de ahora en más.
La fortaleza o capacidad de resistencia de una economía depende de diversos factores: seguridad, estado de derecho, infraestructura, fuerza de trabajo, capacidad para generar empleo, las finanzas públicas del gobierno estatal, entre otros. Me referiré a estos factores porque son clave para alentar o desalentar las inversiones y estas a su vez son el principal motor de crecimiento de cualquier economía. Y una economía con potencial de crecimiento tendrá a su vez mayor capacidad para sortear las aguas turbulentas de la incertidumbre del presente que una con poca capacidad de crecimiento.
SEGURIDAD PÚBLICA
En materia de seguridad, no hay duda Coahuila es un estado seguro. La pregunta relevante para nuestro propósito es si las condiciones de seguridad del estado se están mejorando o no. Las cifras de percepción de inseguridad que se publican por la ENVIPE (Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública) muestran avance, de un 82% de la población que se sentía inseguro en 2013, en 2024 solo el 37% de jóvenes mayores de 18 años responden sentirse inseguros. Esto nos ubica entre los primeros cinco estados con menor percepción de inseguridad.
Este indicador muestra un avance importante respecto a 2018 cuando Coahuila ocupó el lugar 23.
Sin embargo, hay otros aspectos relacionados con el tema de seguridad que preocupan, entre ellos: el nivel de violencia que padecen las mujeres, 45.9 mujeres mayores de 15 años sufrieron algún tipo de violencia en el año, según la última cifra publicada en 2021, indicador que nos sitúa muy lejos del ideal de un ambiente libre de violencia para las mujeres. El número de policías, 0.59 policías por cada mil habitantes (2024), cifra también muy lejos de lo recomendable (2.8 según la ONU). Este bajo de nivel de presencia policiaca se agrava por el bajo porcentaje de personas que sienten que la policía sea efectiva (15.2%).
También debe preocupar la incidencia de drogadicción. Coahuila se ubica como el décimo estado con mayor consumo de drogas. Este problema está ligado, sin duda, a los altos niveles de violencia contra las mujeres.
ESTADO DE DERECHO
Otro factor que incide de manera importante en las decisiones de inversión y por ende en la fortaleza del sistema económico de cualquier estado o país es la percepción sobre la calidad del estado de derecho. El WJP (World Justice Project) construye un indicador para calificar la vigencia del estado de derecho en diversos países y estados subnacionales. Esta medición (2022-2023) ubicó a Coahuila en el décimo lugar de los 32 estados; y el más reciente indicador (2023-2024) lo sitúa en noveno debido a que otros estados bajaron su clasificación, más que al propio esfuerzo, pues la calificación global recibida apenas superó en una décima a la del año anterior. Fortalecer la vigencia del estado derecho exige poner atención urgente a dos áreas que reciben muy baja calificación: lo relativo tanto a la materia de justicia civil como a la penal. La calificación recibida por estas dos áreas ubica al estado en los lugares 14 y 15, respectivamente. Y hablan de la necesidad de mejorar el sistema de justicia, reto que se complica ante el desastre que significa la reforma del Poder Judicial en marcha, tanto a nivel de la federación como del estado.
También resultan preocupantes los niveles de impunidad que se observan en Coahuila. Un indicador de este problema es la llamada cifra negra, que estima el porcentaje de delitos que no se denuncian por desconfianza en la institución responsable, que es superior a 90%. Otro indicador de impunidad es el rezago de averiguaciones previas iniciadas por la fiscalía, sin resolución, que es superior a las 225 mil.
Esta cifra revela que de los pocos delitos que sí se denuncian, muchos nunca se resuelven. Ello indica un alto nivel de impunidad.
INFRAESTRUCTURA
Otro ingrediente importante para valorar la fortaleza de un sistema económico se refiere a la disponibilidad y calidad de la infraestructura existente en el estado de interés, en este caso Coahuila. Este concepto abarca diversos componentes de infraestructura como comunicación, agua y alojamiento industria, entre otros. En varios de ellos el nivel de congestionamiento o insuficiencia de la actual infraestructura ya es factor que limita el potencial de crecimiento. Por ejemplo, en el caso del ferrocarril los niveles de congestionamiento en la frontera de Piedras Negras y la falta de doble vía en partes del trayecto, en especial en las regiones Centro y Carbonífera, hace que la posibilidad de movilizar mayores volúmenes de carga por este medio sea ya limitada.
Por lo que hace a las carreteras, varios tramos de las principales rutas para el comercio muestran ya los signos de años sin recibir el mantenimiento necesario, por lo que también son factor que encarece el transporte y el costo del comercio.
Por lo que hace a la movilidad urbana, datos del INEGI para 2023 muestran que los tiempos promedio en horas pico de Saltillo y Torreón, es de 20 a 35 minutos, cifra aún razonable, mas en ciertas áreas de Saltillo-Ramos Arizpe y de Torreón los niveles de congestionamiento ya son preocupantes. En cuanto al transporte público este es deficiente en las principales ciudades del estado: según IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad) existen 301 unidades de servicio de pasaje urbano por millón de habitantes, lo que sitúa a Coahuila en el lugar 19 de los 32 estados de la república.
Una grave limitación para el crecimiento económico es la relativa al agua.
Salvo Saltillo que cuenta con una administración profesional, en el resto la gestión del agua es de regular a deficiente, con altos porcentajes de fugas físicas y financieras, y en general el tratamiento del agua para su reúso es muy reducido. En suma, el nivel de estrés hídrico en el estado es de medio a alto y la gestión de este recurso escaso es deficiente.
La infraestructura de alojamiento industrial, del orden de 111 parques industriales, está concentrada en las regiones Sureste (Saltillo, Ramos Arizpe y Derramadero), en Torreón y Piedras Negras-Nava y Acuña. La ocupación industrial en esas zonas es alta, entre 90 a 95%, muy cerca del límite, aunque existen unos 600 mil metros cuadrados de tierra para uso industrial en desarrollo. Las zonas con menor disponibilidad de parques industriales son la Carbonífera y el Centro.
EDUCACIÓN
Un factor de la mayor importancia para evaluar la fortaleza de una economía es la disponibilidad de mente y mano de obra debidamente capacitada. La dinámica demográfica del estado es tal, que año con año hay alrededor de 30 mil jóvenes que ingresan a la fuerza de trabajo. La escolaridad promedio en el estado es de 10.64 años de estudios, que ubica a Coahuila en el 4° lugar del país. Alto en comparación con otros estados el país, mas no tanto en relación con Texas u otros estados de EUA con los que se compite por las nuevas inversiones del nearshoring. La cobertura educativa de Coahuila en primaria y secundaria es de 93.64% y 89.90%, respectivamente, cifras relativamente altas; sin embargo, debe preocupar que esta cobertura era de 100% o más hasta 2016 y que a partir de ese año declina. Dicho indicador es menos satisfactorio para educación media superior y superior, donde en 2022-2023 es de 71% y 38%, cada uno (SEP). Se ha identificado que la deficiencia en español y matemáticas ha crecido en Coahuila en los últimos 10 años, según la prueba PISA (lamentablemente, desde que desapareció el INEE en 2019 ya no se conocen los datos de las muestras de cada entidad federativa).
Estos indicadores de cobertura educativa, aunados a que la eficiencia terminal en secundaría y educación superior son de 89% y 74% y los bajos resultados de las pruebas estandarizadas PISA, sin duda inciden en que el porcentaje de jóvenes que no encuentran oportunidades en la economía formal sea elevado: más de 40%, por falta de capacitación suficiente para ser empleables.
La cobertura y calidad de la educación debe ser incrementada para hacer posible que más jóvenes tengan acceso a mejores oportunidades y que el atractivo para invertir en el estado se incremente. Tal propósito es un reto formidable que merece más recursos y atención.
SALUD
En salud la situación es preocupante, pues en los años de López Obrador se tomaron decisiones que destruyeron aspectos importantes del sistema de salud nacional, como el seguro popular, el sistema nacional de vacunación, el de compras consolidadas y distribución de medicamentos, entre otros, y se centralizó en la federación la prestación del servicio, degradando la calidad de éste. En el caso de Coahuila, la nueva estrategia centralista federal empeoró el acceso a los servicios de salud; lo ilustra el hecho que ya en 2022 hubo, respecto a 2016, un aumento en el número de personas que carecían de acceso a estos servicios de 265 mil personas (CONEVAL), esto es 20% de coahuilenses dejaron de tener acceso a una institución pública para el cuidado de su salud. Debido a ello, cada vez más personas deben atenderse en clínicas, consultorios y farmacias privadas y asumir el costo. Se calcula que el gasto en servicios médicos y medicinas por familia asciende al 40.5% de sus ingresos.
Como resultado de las políticas federales de salud, en los hechos, estos se han privatizado.
Este breve repaso de los diversos factores que definen la resiliencia de una economía nos habla de una realidad mixta: algunas fortalezas, pero también debilidades. Esta situación ya se refleja en la evolución de la nueva inversión que llega al estado y en la generación de empleo.
Entre 2012 y 2024 en Coahuila se generaron poco más de 20 mil empleos formales cada año, insuficientes para los alrededor de 30 mil jóvenes que año con año ingresan a la fuerza de trabajo. Ello se refleja en el hecho de que más del 40% de los jóvenes que buscan trabajo no lo encuentra en el sector formal, cifra aún mayor entre las mujeres que buscan una oportunidad de ingreso. Por lo que hace al crecimiento económico en esos años, de 2012 a 2023 (último año con cifras) la economía estatal solo creció 1.5 en promedio anual, insuficiente para absorber a los 30 mil jóvenes que buscan empleo cada año.
Al mismo tiempo, los flujos de inversión extranjera que recibe Coahuila han perdido dinamismo en los últimos años.
Según datos de la Secretaría de Economía Federal, Coahuila pasó de estar entre los primeros 7 estados que más IED (inversión extranjera directa) recibían a estar en el lugar 10 en 2022, 13 en 2023 y 17 en 2024.
El análisis anterior sobre las diferentes variables que incurren en la capacidad de adaptación de una economía a choques externos nos da una pauta para entender la pérdida de dinamismo de la economía de Coahuila a partir del 2012. Tenemos que Coahuila es un lugar seguro para la inversión, mas su infraestructura y servicios, como la educación y la salud que inciden en la calidad de la mano de obra, muestran signos de congestionamiento y deterioro.
Por otra parte, la disponibilidad de agua en varias regiones de la entidad y el tratamiento de las aguas residuales, que son factores que pesan en las decisiones para ubicar las inversiones, ambos son insuficientes. Todas estas limitaciones influyen en la pérdida de dinamismo de la nueva inversión en el estado y por ende en el bajo crecimiento económico y la insuficiente generación de empleos formales.
Hay un factor común que repercute sobre estas insuficiencias que limitan el crecimiento de la economía estatal y del empleo formal: la incapacidad de las finanzas estatales para realizar las inversiones que se requieren en las áreas de interés: infraestructura, educación, salud, agua y su gestión y tratamiento. Ello es producto del elevado costo del servicio de la deuda estatal, que por más de una década ha limitado la capacidad del gobierno estatal para invertir en dichas áreas.
Los tres indicadores mediante los cuales se evalúa la salud de las deudas estatales, conforme a la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios, muestran para Coahuila valores preocupantes: el indicador número 1 que establece dicha ley, que es el porcentaje que representa la deuda pública y las obligaciones a cargo de las finanzas estatales respecto a los ingresos de libre disposición, tiene un valor de 111.8 %.
El segundo indicador: el porcentaje que el servicio de la deuda y las obligaciones del estado significan de los ingresos de libre disposición, es de 13.5%. El tercer indicador se refiere al porcentaje que representa la deuda a corto plazo y a proveedores y contratistas sobre los ingresos totales es de 23%. Los dos primeros indicadores se clasifican como rango medio de riesgo y la evaluación de la deuda total la califican como en observación, que significa que no es sostenible, siendo el único de los 32 estados que tiene dicha calificación.
Esta elevada deuda y su servicio limitan la capacidad de gasto del estado en los rubros que debería ser prioridad para mejorar los servicios de educación, salud, agua y su tratamiento, entre otros.
A lo largo de varios años, se han realizado diversas renegociaciones de la deuda, sin embargo, luego de más de una década y de más de tres mil millones por año de servicio de esta, su nivel sigue igual.
Ello habla de que en realidad cada negociación no logró resolver el problema realmente, solo se ganó algo de tiempo.
Sin duda, dar sostenibilidad a las finanzas estatales, para que la administración pueda cumplir a plenitud sus responsabilidades que le marca la Constitución del Estado, conforme a las necesidades de bienestar de los coahuilenses, requiere otro tipo de negociación. Mientras eso no suceda, la economía del estado seguirá con crecimientos no acordes a nuestro potencial.
Ahí sigue el elefante en medio de la sala que no se quiere ver.
*Con la colaboración de Alejandra Martínez Estala y Patricia Galindo Lozano.