
Escuela Carlos Pereyra: donde sucede lo increíble
Con sus más de 80 años en la región, la Escuela Carlos Pereyra se ha consolidado como una institución educativa en donde la calidad es entendida, además del alto rendimiento académico, con un enfoque ignaciano, sensible a las necesidades de las personas y del mundo, para formar jóvenes propositivos y que impacten de manera positiva en su entorno.
Instalaciones modernas
La institución se distingue por sus instalaciones cómodas y funcionales, las cuales son aprovechadas por toda su comunidad educativa.
Sus aulas han sido renovadas para dar una mejor experiencia de aprendizaje, gracias al uso de la tecnología. También se encuentran climatizadas, para que en todo el año exista un ambiente de confort que permita a los jóvenes una mayor comodidad.
Cuentan también con espacios deportivos y recreativos de primer nivel, diseñados para una segura y sana convivencia entre los estudiantes. Entre estos se encuentran los auditorios, que albergan eventos de todo tipo. Destacan también los enfocados en el desarrollo espiritual, como la capilla y la Casa de Oración.
Además, la escuela usa paneles solares, lo que permite abonar al cuidado del medio ambiente y la casa común. Esta es una acción más que refrenda su compromiso con los retos actuales que enfrenta el planeta.
De igual manera, todas las instalaciones cuentan con un sistema de vialidad y seguridad interna, lo que otorga tranquilidad a las familias.
Preparar más allá del aula
Con sus academias deportivas en atletismo, futbol, basquetbol, voleibol, rugby, porras y tochito, así como el taller de robótica, los estudiantes adquieren habilidades y experiencias para toda la vida. Por otro lado, el programa internacional Cambridge English Schools les da herramientas para dominar el inglés, lo que a su vez les permite acceder a oportunidades de todo el mundo.
A esta preparación integral, llevada de preescolar a bachillerato a sus más de mil 600 alumnos, la Escuela Carlos Pereyra suma una sólida formación cimentada en valores de solidaridad, justicia y amor por los demás, de manera en que los jóvenes puedan tener una visión crítica de su entorno y ayudar a construir un porvenir más justo.

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