
“Es una herencia familiar”: Así es la vida de Raúl como bombero en Madero
De niño veía a su papá, cuando salía para apoyar en alguna emergencia, ya que era parte del Grupo Irritilas, una asociación civil que nació con el ánimo de ayudar y dice que observar lo que su padre hacía para él era muy emocionante, por lo que a los 10 años se integró en un grupo de niños y adolescentes de la Cruz Roja de Francisco I. Madero; fue ahí donde experimentó lo gratificante que es ayudar a las personas.
Se trata de Raúl de Jesús Santana García, quien actualmente se desempeña como comandante del Departamento de Bomberos en el citado municipio, en donde ya tiene 17 años de servicio; 15 de ellos en activo, pues luego de aprender primeros auxilios en la benemérita institución, decidió seguir los pasos de su papá, quien también se llama Raúl y tiene 27 años en corporación.
Recuerda que, a los menores de edad se les permite integrarse como voluntarios, pero únicamente pueden observar el trabajo que los bomberos realizan, pero en una ocasión con solo 16 años de edad le tocó “entrar al quite” en un incendio de gran magnitud, que se registró en una vivienda en el ejido Alamito, en donde dice le tocó rescatar a una señora.
Al cumplir la mayoría de edad y ya que “legalmente” estaba en condiciones de integrarse al servicio, su primera encomienda fue como radio operador, luego bombero, chófer, RT (Responsable de Turno), hasta que hace alrededor de 7 años le dieron la oportunidad para desempeñarse como comandante.
Insiste que es bombero por tradición familiar, ya que su papá también desde muy joven lo “atrapó” el oficio, al igual que sus tíos, quienes también transmitieron el legado a sus hijos, incluso hay varios familiares en el departamento.
Raúl Santana dice que a nivel personal desde luego tiene otras aspiraciones, por lo que si se le presenta una oportunidad laboral que represente mejorar profesionalmente, pero sobre todo por el bienestar de su familia si lo aceptaría, pero no se desconectaría totalmente del oficio de bomberos, por lo que continuaría apoyando como voluntario.
“Esta es una herencia familiar, el servir a la gente, eso me lo inculcó mi papá y yo trato de inculcárselo a mis hijos, desde muy niños les estamos enseñando la satisfacción que se siente al servir, que la gente te de las gracias, que una persona de la tercera edad o un niño te agradezcan por haberlos atendido, en algún servicio, eso me provoca mucha emoción y si Dios y me lo sigue permitiendo pues aquí estaré, si ya no como activo en la corporación, a lo mejor como voluntario”.