
Anto, Tania, Lupita e Irene.
En el Teatro Nazas, cientos de laguneros se entregaron a la experiencia única de Mentiras, el Musical y Mentidrags. Más que un espectáculo, fue un encuentro donde la música y la actuación conectaron generaciones y emociones.
El público, cómplice de cada canción y escena, vivió momentos de nostalgia y alegría, mientras ovacionaba de pie a los artistas. Fans como Adrián, que llevó a su familia, encontraron en esas melodías un puente para revivir recuerdos y compartir sentimientos.
Al final, quedó claro que la verdad nace cuando el arte se comparte con el corazón, y esa noche, todos los asistentes fueron parte de una historia que trasciende y une.