
Entre lápidas y tumbas familias monclovenses recordaron a los padres que partieron
El Día del Padre también se vivió entre lápidas y recuerdos. En Monclova, decenas de familias acudieron a los panteones para honrar a papás fallecidos.
Aunque con menor afluencia que el Día de las Madres, el ambiente fue profundamente emotivo, con visitas discretas pero cargadas de amor y añoranza hacia los patriarcas ausentes.
El Panteón Guadalupe registró movimiento desde temprano. Flores, oraciones, fotos y hasta música acompañaron los homenajes que muchas familias organizaron para recordar a sus padres difuntos.
“Venimos a recordar a los papás que se fueron. Este día también es para ellos”, expresaron asistentes, quienes coincidieron en lo poco comercial de esta conmemoración.
La venta de flores y artículos fue menor, pero lo que predominó fue el cariño con el que cada visitante adornó las tumbas y dedicó oraciones.
“Él siempre será el rey”: Patricia Ponce honra a su esposo fallecido, Noé Rodríguez
Una de las familias presentes fue la de Patricia Ponce Sandoval, quien llegó desde Estados Unidos para rendir tributo a su esposo, Noé Rodríguez.
“Nos fuimos a Estados Unidos en el 95. Duramos 20 años sin venir. Pero desde que falleció mi esposo, regresamos cada Día del Padre”, relató.
Noé Rodríguez falleció tras un infarto en Houston. A los pocos meses, una de sus hijas quedó embarazada y nació su primer nieto varón, a quien consideran un regalo de Dios.
“Él siempre será el rey. Es nuestro primer nieto hombre. Siempre decíamos que él era el rey, y va a serlo siempre”, expresó con voz entrecortada.
Patricia recordó que su esposo fue un hombre alegre, fiestero y querido por todos
. “A donde iba hacía comida, ofrecía bebidas, era muy amiguero”, comentó.
Dijo que fue un excelente marido, un gran padre de familia y un hombre muy trabajador y muy responsable que siempre vivió para su familia.
Noé dejó cuatro hijas al morir, dos nacidas en Monclova antes de emigrar y dos más que nacieron en Estados Unidos. Las cuatro, radicadas en el vecino país del norte viajan a la tierra donde nació su progenitor a honrarlo.
Su cuerpo descansa en un modesto mausoleo que Noé mismo construyó años antes para su madre, en el Panteón Guadalupe, donde ahora ambos reposan juntos.
Cada año, la familia regresa a Monclova, lleva mariachi y se reúne en torno al recuerdo del hombre que fue el centro de su hogar y ejemplo de vida.
“Es un día con sentimientos encontrados, dolorosos pero también bonitos, porque él sigue con nosotros en el corazón”, concluyó Patricia Ponce, rodeada de hijas y nietos.