No puedo evitar escribir sobre temas políticos. Las ridiculeces afloran al por mayor.
Después de repartir agua, ahora se reparten escobas y trapeadores en ayuda de la economía familiar. Parece ser que en las colonias populares están tan fregados que carecen de ellos. Lo cierto es que nunca sobran. Un kilito de arroz o de frijoles sería más benéfico; pero los políticos no la sufren tanto, lo importante es salir en la foto; no porque a la gente le falte algo, sino para que sirva a la promoción política en vista a las próximas elecciones. Para eso hay una lona informando que fulanito te regala tales implementos de limpieza, los necesites o no; si en realidad le interesaran tus necesidades harían un estudio socioeconómico, en lugar de inventar.
Aquí hay otros factores; ellos no regalan nada porque el producto es pagado con nuestros impuestos. De su cartera no sale ni un centavo; a lo mejor entran billetes por eso de las comisiones o las facturas infladas. Eso de que no son corruptos me la dejé de creer hace mucho tiempo, y como ya no existen instituciones que ejerzan vigilancia, se vale hacer lo que se quiera, y una de las características de Morena es tirar el dinero a diestra, siniestra, arriba, abajo y donde más su pueda. Salga de donde salga hasta que deje de salir.
Hacen caravana con sombrero ajeno.
Por otro lado, se ve que desconocen las necesidades de estas colonias, nada más las conocen como turistas donde casi siempre lo que ves es lo bonito. Jamás convives con una familia adentro de su casa, sin circo preparado. Desconoces sus usos y costumbres y mucho más sus problemas cotidianos y la manera de resolverlo. Algo tan sencillo como el pasaje de autobús, te debe pasar desapercibido.
El chiste es tirar el dinero a la calle y que el nombre suene.
Por las noticias uno se entera que estos políticos tienen noviecita y ya es senador. ¿Pensará en casarse? no lo sé. Ya no se estila, es una manera de evitarse responsabilidades y desprenderse de las personas inoportunas cuando llega el momento. Pero por si acaso la idea es formar una familia, lo mejor es que escogieran una colonia popular.
Ahí es donde vive la gente que dicen representar. Ahí es donde se encuentra la realidad cotidiana de ese país que ustedes solamente inventan. Ahí es donde sufren, pero también gozan. Ahí es donde se darían cuenta de los servicios indispensables de los cuales carecen, que de ninguna manera serían ni la escoba o el trapeador.
La primera en poner el grito en el cielo es la novia. No se va a matrimoniar para vivir en tales ambientes.
Salió a relucir lo de la novia porque los tales salieron en el periódico al salir de una cena y tener un problema de tránsito. Lo del problema no me interesa ahorita, tengo más curiosidad por el monto de la cuenta; y no es porque no tengan con que pagarlo o porque no deban hacerlo, sino por lo que dicen representar.
Me imagino que existen fondas, taquerías, o cualquier otro tipo de locales que venden alimentos en las colonias populares. Deberían de ir, conocer ambientes, donde no se vendan bebidas caras, a lo mejor del refresco no se pase.
¿Huiría la novia?
Esas son preguntas que uno se hace. Subrayan tanto eso de primero los pobres, que a mi me parece lógico que se vayan a vivir junto a ellos.
Y luego vendrán los estudios. Algunos ya tendrán hijos en escuelas. Las mayorías en privadas. Ambientes bien controlados, una extensión de los clubs donde habrás de conocer a tus futuros socios o clientes.
Ni que pensar en las públicas. Fuchi.
Pero el slogan no deja de ser el mismo: Primero los pobres.
De lejitos; si no, la novia huye, o la familia se opone.
¿Verdad que no son corruptos?