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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

DIGNIDAD

Definitivamente, cada vez más nos hundimos como sociedad humana en todos los sentidos. Han bastado las decisiones de una élite para que la economía mundial tiemble. Se han destruido las instituciones de nuestro país y somos los ciudadanos a quienes nos suben los impuestos. Ahora, las personas que detectan el poder y el prestigio son los capos y los cárteles, las grandes organizaciones a las que quisieras pertenecer.

Importa el negocio y el dinero. Las personas no tienen valor alguno, o su valor se reduce a la basura que tiras a diario. Las mismas bolsas negras tienen la misma utilidad. No hay para dónde ver; cuando digo instituciones me refiero a la mayoría de ellas, hasta las religiosas. Las contradicciones están a la vista de todos.

Ya no solamente son las guerras ni los genocidios. Se acabaron las ideologías. No tienes que leer a Marx para ser de Morena. Con ser un oportunista basta. Para ser gobernante, con ser un payaso como el de Monterrey es suficiente. Hasta los grandes industriales se tienen que aguantar. La moral murió. Kant ya no puede sentir la ley moral adentro de él. Y el sistema educativo anda por la calle de la amargura. Desde que cambiaron los sistemas debido a la gente estúpida que se cree genio, el nivel educativo bajó.

Un ejemplo: la educación está fundamentada en el hábito, lo que haces todos los días, y eso es a todos los niveles. Hubo genios que acabaron con este principio y programaron materias por 4 o 6 semanas, para que le dedicaran el tiempo a dos materias y luego cambiaban. Se perdían los hábitos y bajaba el nivel de aprendizaje. Eran los gurús de la educación que acabaron con ella. Y luego inventaron las escuelas de fin de semana.

Cinco mil iglesias, ¿de dónde salieron? Los charlatanes abundan y los espectáculos han mejorado: música, baile y magia. Houdini. Le hacen competencia a los doctores. Ahora el Espíritu Santo tiene demasiada actividad. Lo usan para todo. La gente lo cree. Otra prueba de los bajos niveles educativos.

La credulidad es pasmosa. Tan fácil que resulta estafarla.

Ni religión, ni ideología, ni filosofía, ni siquiera arte, ni ilusión de un mejor futuro. Muy a veces. Nos siguen deslumbrando los metales. A los europeos se les fue en guerras y ni siquiera las ganaron.

La civilización se hace por medio de las ideas, lo que no existen son las ideas. Revivir los sábados en la Morelos es repetir viejas ideas porque las nuevas no existen. Hasta los bares se acabaron. A las cosas hay que invertirles y ahí no hay más que edificios en ruinas. Ahora, Torreón crece hacia el norte. Los imbéciles niños que los heredaron no saben qué hacer con ellos. No hay gente con visión. No se les ocurre qué hacer. Pero cobran, eso sí. Cuánto tiempo mi padre insistió en un estacionamiento en la plaza. ¿De qué han servido los canales que hay debajo de la ciudad? Son muy buenos para tirar millones en las estaciones de autobús del boulevard Revolución. Son muy buenos para todo lo que les implique su riqueza personal.

La ciudad se derrumba, llena de puestecitos que vinieron a suplir las tiendas de antaño. ¿Cuáles producían más impuestos? No importa, pueden traducirse en votos. Eso es lo que buscan los políticos porque de ahí viven. Las ideas sobran. No vengan a molestar. La inteligencia estorba, así como la ética y la moral.

No hay presupuesto. El teatro Garibay se hizo bajo la visión de un hombre, sin presupuesto. Ahora, a pocos les interesa por haber mejores teatros. Éste ni presupuesto ha de tener. El Quijote embelleció la ciudad, un hombre de la iniciativa privada lo pagó, el señor Valdés. El Einstein que está en el Tec de la Laguna otro grupo de personas lo pagaron. El Cristo del Cerro de las Noas. ¿Cuáles presupuestos?

Lo que falta son las ideas y los hombres de antaño que hacían las cosas o lograban que se hicieran. La bola de inútiles con los que contamos no tienen presupuesto. Los que salvaron el Martínez tampoco tenían presupuesto. ¿Cuántas cosas se harían en Torreón sin eso?

Hombres con ideas. Los gobiernos ya no los buscan; dejan más a los estafadores, los charlatanes, los habladores, los farsantes, los rateros, el cártel, los familiares.

Hombres propositivos, que hagan.

No hay presupuesto.

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Escrito en: Torreón Ayuntamiento Torreón

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