La palabra cínico tiene una connotación negativa. Según la RAE, se refiere a una persona que actúa con falsedad o desvergüenza descaradas, alguien mal portado de manera intencional y que disfruta su comportamiento incorrecto. También la palabra se refiere a una escuela filosófica de la antigüedad.
Descarado, desvergonzado y cínico son sinónimos, aunque tienen sutiles diferencias para su uso. Al cínico le gusta exhibir su maldad, además acepta con descaro su mala conducta y le importa poco o nada la opinión de los demás. Por lo común, cuando es descubierto en su malicia, pone su rostro frente a nosotros y responde: "Sí, ¿y qué?".
La palabra cínico tiene una curiosa etimología, procede de la palabra Kinikós, que en griego significa perro. Según algunos etimólogos, el primer concepto para la derivación de esta voz fue kinosage, que significa Mausoleo del Perro, lugar donde Antístenes de Atenas, impulsor del cinismo como corriente filosófica, estableció su escuela. Otros dicen que directamente procede de Perro, por la vida que llevaba el filósofo cínico más conocido de la historia: Diógenes de Sinope.
Tal vez usted conozca a alguien que a veces se porta con abierto cinismo, aunque son muy raros quienes sostienen una conducta de este tipo las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana. En literatura recuerdo a Lee Von Kim, vietnamita, hijo de millonario que se hizo amante de Marguerite Duras cuando ella tenía quince años. Él le mostró sombríos aspectos de la vida, disfrutó de la chica sin entregarle ni una pizca de amor, y cuando el papá de Lee le exigió que se casara con la mujer que le tenía destinada en matrimonio para juntar las fortunas de las dos familias, el gran cínico le dijo a Marguerite que la abandonaba porque él no sobreviviría sin el dinero de su padre. Esta novela pseudoautobiográfica se llama precisamente El Amante.
Los criminólogos hablan de enfermedades misteriosas que hacen de los delincuentes unos cínicos que no sienten arrepentimiento por sus crímenes, algunos los llaman psicópatas, otros dicen que tienen trastorno de personalidad antisocial y otros más los diagnostican con rasgos callosos no emocionales, de cualquier manera, existe un manual para el diagnóstico de los trastornos mentales, llamado SM-5, donde se pueden consultar estas patologías. En el presente párrafo hablamos de enfermedades, no del cinismo propio de personas con su mente capaz de tener sentimientos y solamente padecen insensibilidad moral.
Pero ya dijimos, el cinismo también es una corriente filosófica, cuyo representante principal es Diógenes de Sinope. Él enseñaba que debemos llevar una vida recta, de acuerdo con los principios de autonomía y desprecio por los usos de la sociedad. Según Diógenes, tener propiedades impide la independencia del hombre, necesaria para la felicidad, por eso decía que es lícito el robo, ya que el hombre sabio es dueño de todas las cosas. La virtud consiste en suprimir las necesidades para ser totalmente libre.
Seguramente usted ha oído sobre la Lámpara de Diógenes, quien la traía encendida en pleno día, y decía que estaba buscando a un hombre, y necesitaba su lámpara porque no veía virtud ni honestidad entre los que se topaban con él, características que pretendía encontrar en los hombres de una sociedad que él consideraba corrupta y llena de hipocresía.
Otra anécdota muy conocida de Diógenes es cuando vio que Platón y otros filósofos trataban de hacer una definición del ser humano, y llegaron a la conclusión de que era un bípedo implume. Diógenes se burló de ellos pelando un gallo hasta dejarlo totalmente sin una sola pluma, lo arrojó en medio de la reunión de filósofos y dijo: "ahí tienen a un hombre". Ante los hechos, los filósofos tuvieron que aceptar el error en su definición. La anécdota presenta a Diógenes no solamente como alguien que se burla cínicamente de los respetables filósofos de la Academia, sino como un pensador crítico, que define al ser humano por sus virtudes más que por su apariencia física, porque a este filósofo le interesaba la virtud, que según él consistía en la libertad que da el desapego de las cosas materiales, y para ilustrarlo con su propia persona, vivía dentro de una tinaja, y no tenía más propiedades que su zurrón, su cayado y un vaso para tomar agua.