
Detecta Fiscalía a mujeres que impiden convivencia entre hijos y padres, pese a cumplimiento de pensión
Aunque en una menor cifra, la Fiscalía de las Mujeres y la Niñez en Coahuila ha documentado casos en los que madres niegan la convivencia de sus hijos con sus padres, a pesar de que estos últimos cumplen con sus responsabilidades legales como la pensión alimenticia.
Esta conducta, señaló la titular de la dependencia, Katy Salinas, forma parte de la violencia vicaria, una forma de agresión que afecta indirectamente a los menores.
“Hay situaciones en las que los hijos son utilizados como herramientas de venganza contra el padre, incluso cuando este cumple con sus obligaciones. Es un tipo de violencia que daña profundamente a los niños”, indicó la fiscal.
Salinas explicó que la violencia vicaria puede presentarse de diversas maneras, entre ellas la violencia económica, cuando uno de los progenitores, usualmente el padre, decide no proporcionar alimentos como una forma de castigo por la separación: “Esto afecta directamente a los hijos, no a la expareja. Los niños dejan de recibir lo que legalmente les corresponde”, explicó.
La funcionaria subrayó que el derecho a recibir alimentos es inalienable y no está condicionado por la calidad de la relación entre los adultos. “Proporcionar alimentos no es un favor, es una obligación. Los padres y madres están legalmente comprometidos a garantizar el bienestar de sus hijos, sin importar los conflictos personales”, añadió.
Además, recordó que negarse a cumplir con la manutención puede constituir delitos como el incumplimiento de obligaciones de asistencia familiar o violencia familiar, y que estos actos pueden ser denunciados ante la autoridad correspondiente.
En cuanto al derecho de convivencia entre padres e hijos, Salinas enfatizó que no puede ser restringido de manera arbitraria. “El vínculo entre el menor y su padre o madre debe respetarse. Es un derecho de los niños, no una decisión que pueda tomar la madre o el padre. Solo puede limitarse cuando hay una situación real de riesgo para la integridad del menor”, puntualizó.
La fiscal también destacó que por mucho tiempo estas formas de violencia no eran reconocidas ni atendidas, pero la institución ya trabaja en la identificación y seguimiento de estos casos.
“Estamos visibilizando una problemática que había pasado desapercibida. Son conductas que sí generan daño y que deben abordarse con seriedad”, sostuvo.
Finalmente, advirtió que este tipo de dinámicas están profundamente relacionadas con estructuras sociales desiguales. “Todavía enfrentamos un sistema patriarcal donde algunos agresores creen tener más derechos que las víctimas. Eso debe cambiar. La crianza y la protección de los hijos debe ser una prioridad, más allá de los conflictos entre adultos”, concluyó Salinas.