“La historia de la economía es un largo registro de políticas gubernamentales que fracasaron porque fueron diseñadas con un audaz desprecio de las leyes de la economía”. Ludwig von Mises
La economía mexicana creció 0.7 por ciento en el segundo trimestre de 2025. Es más de lo que se esperaba, tras el 0.2 por ciento del primer trimestre y la caída de 0.7 en el último trimestre de 2024. México no entró en recesión en la primera mitad de 2025, pero los riegos no se han esfumado. El mayor obstáculo puede venir de los aranceles de Donald Trump.
Estados Unidos también creció en el segundo trimestre y ayudó a la economía mexicana. Ayer se anunció una cifra de 3 por ciento anualizada en el segundo trimestre (no es comparable con la de México por la anualización; el 3 por ciento de EUA equivale a un 0.75 por ciento mexicano). El vigor de la economía estadounidense hizo que en junio las exportaciones mexicanas crecieran 10.6 por ciento anual, a pesar de un desplome de 30.4 por ciento en las ventas petroleras. Sin embargo, muchas empresas adelantaron importaciones por las amenazas de aranceles de Trump.
El crecimiento de la economía nacional contrasta con algunos indicadores de debilidad. Entre abril y junio, por ejemplo, los empleos formales registrados por el IMSS disminuyeron en 139,444. La tasa de informalidad laboral subió de 53.8 a 54.8 por ciento de la población económicamente activa entre junio de 2024 y el mismo mes de 2025; sí, algunos trabajadores están pasando de la formalidad a la informalidad. Las remesas están cayendo; en mayo, 4.6 por ciento frente al mismo mes de 2024, para quedar en 5,360 millones de dólares. Lo curioso es que las remesas a Guatemala subieron 15.2 por ciento, a Honduras 19.1 y a El Salvador 17.7 para alcanzar máximos históricos (BBVA).
El consumo privado muestra debilidad. En abril aumentó 0.7 por ciento a tasa anual, tras cuatro meses de caídas. Más preocupante es el desplome en la formación bruta de capital fijo, o sea, la inversión productiva: en abril, 1.7 por ciento mensual, 7.7 por ciento anual. La mayor parte de la caída se está registrando en el sector público. La inversión física del sector público en enero-mayo de 2025 se desplomó 29.1 por ciento (Grupo Financiero Base con cifras de Hacienda).
Ayer la presidenta Sheinbaum se congratuló de que el FMI haya cambiado su perspectiva de crecimiento para México en 2025 de -0.3 a 0.2 por ciento. "La economía de México está fuerte, está sólida", dijo. No le va a ir mal a México "porque nuestro modelo funciona; ya se demostró durante seis años y lo estamos demostrando ahora".
Olvidó que en el sexenio de López Obrador el crecimiento fue de solo 0.9 por ciento anual, el más bajo desde los ochenta, y que el PIB per cápita tuvo una contracción. En los tres primeros trimestres de su propio mandato la economía ha estado virtualmente estancada. Difícilmente se puede decir que el modelo de la 4T está funcionando bien.
Para el futuro las cosas se complican. Pemex se ha convertido en un lastre para las finanzas públicas. Esta semana Hacienda contrató 12 mil millones de dólares de nueva deuda para subsidiar a la petrolera y endosó el pasivo a los contribuyentes; Pemex no podrá pagar si sigue acumulando pérdidas. El gobierno hace inversiones en proyectos no rentables, como trenes, una refinería y una aerolínea, y aumenta el gasto en programas sociales. Las exportaciones y las remesas nos han ayudado, pero Trump puede cerrar estos flujos de recursos.
Es positivo, por supuesto, que la economía mexicana haya demostrado su resiliencia con un crecimiento de 0.7 por ciento; pero pensar que "está fuerte, está sólida," es convertir los buenos deseos en un engaño.
JUEGOS
Se le están acabando a Trump las posibilidades de seguir jugando con los aranceles. Estados Unidos y el mundo necesitan una política clara y no un presidente que cada día cambia de opinión sobre qué impuestos aplicará y a quién.
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