
Tomás y Maleny
Una mesa, una copa y un busto en blanco. Así comenzó una noche donde lo importante no era hacerlo bien, sino disfrutar el proceso.
Entre charlas, risas y trazos improvisados, cada participante fue dejando su huella. La guía artística y el maridaje preciso convirtieron la experiencia en un viaje sin pretensiones, donde el arte surgió sin esfuerzo.