
Conoce este encantador Pueblo Mágico que llamó la atención del actor Brad Pitt
En México hay lugares que parecen sacados de una película… y en este caso, literalmente lo están.
¿Sabías que Brad Pitt y Julia Roberts caminaron por un Pueblo Mágico en pleno semidesierto mexicano mientras filmaban una de sus películas?
El Pueblo Mágico que cautivó a Brad Pitt y Julia Roberts es Real de Catorce, en San Luis Potosí, México. Este destino fue escenario de la película The Mexican (2001), dirigida por Gore Verbinski, mostrando sus calles empedradas, arquitectura colonial y atmósfera mística, lo que impulsó su proyección turística internacional.
¿Dónde queda Real de Catorce?
México alberga una red de Pueblos Mágicos que resguardan la esencia cultural e histórica del país.
Algunos de ellos tienen un pasado singular como Real de Catorce que fue abandonado y, con el tiempo, logró renacer.
Real de Catorce, en San Luis Potosí. Fundado en el siglo XVIII como un próspero centro minero, llegó a ser uno de los más importantes por su producción de plata. Sin embargo, el declive de la minería provocó que quedara casi desierto, ganándose el apodo de “pueblo fantasma”.
Hoy, ha recuperado su vitalidad y atrae a viajeros en busca de experiencias fuera de lo convencional.
¿Cómo se llega a Real de Catorce?
Llegar a este Pueblo Mágico es parte de la aventura. El acceso se realiza a través del Túnel de Ogarrio, un pasaje de más de dos kilómetros que desemboca en calles empedradas, casonas de piedra y templos coloniales que evocan otra época.
Recorrerlo a pie o en los tradicionales vehículos Willys permite explorar sitios cercanos como antiguos socavones y vestigios mineros.
Muy cerca se encuentra el desierto de Wirikuta, considerado sagrado por la comunidad wixárika. Sus paisajes áridos, grandes cactus y cielos despejados ofrecen espectáculos únicos al amanecer y al atardecer.
La historia de Real de Catorce está envuelta en leyendas: relatos de fantasmas, tesoros ocultos y milagros vinculados a San Francisco de Asís, cuya imagen se venera en el Templo de la Purísima Concepción.
La visita se complementa con la gastronomía local —como asado de boda, enchiladas potosinas y gorditas rellenas— y artesanías que van desde textiles hasta piezas de plata, reflejo del pasado minero del pueblo.