El cineasta mexicano Fernando Frías de la Parra y el novelista Julián Herbert. (GENARO CERVANTES)
El pasado viernes 23 de mayo, apartados del sofocante calor, el cineasta mexicano Fernando Frías de la Parra y el novelista Julián Herbert sostuvieron la charla "El cine que suena" durante la primera Feria Internacional del Libro de Coahuila, Región Laguna (FILC).
Un público atento y apasionado ocupó sus lugares al interior de una fresca sala del Centro de Convenciones de Torreón donde dio la bienvenida con grandes aplausos a ambos maestros, mismo gesto que acompañó en sus pausas al encuentro entre el literato y el cineasta donde la discusión circuló sobre la música, la historia de la cumbia rebajada, el cine y la memoria.
Herbert presentó a Frías de la Parra con entusiasmo, recordando que tenía tiempo deseando un espacio para sostener esta charla y reconoció al director de cine por su trabajo.
Frías de la Parra recordó que siempre se sintió fuera de lugar y manifestó que considera a la música como una "ventana que no excluye", por lo que una vez entrado en el mundo cinematográfico quiso que sus películas "se sintieran como la vida", donde no todo es tragedia o comedia.
"La música puede ser mucho más abstracta (que el cine) en el sentido de que la conexión emocional de la pura melodía, cómo penetra y cómo conecta con una emoción y un sentimiento".
Si bien, el cineasta ya cuenta con varias producciones entre sus logros, fue "Ya no estoy aquí" (2019), un drama fascinante de un joven que se ve obligado a huir de la violencia en México y buscar refugio en Nueva York, chocando a diario con la nostalgia por su hogar y su identidad, la contracultura "kolombia".
Estrenada en la pandemia y galardonada con 10 Premios Ariel, incluyendo Mejor película y Mejor dirección, "Ya no estoy aquí" fue para Frías un trabajo de años al estar visitando lugares de la Zona Metropolitana de Monterrey donde encontrara a integrantes de la contracultura, casi como un trabajo antropológico.
Su obra partió de varios factores, entre estos el sentido de no identificarse con el cine mexicano de 2014-15, porque le parecía que "explotaba, un poco, la condición de la miseria y la violencia, sin realmente expandir un poco".
"Me parecía que estaba hecho más para la gente de afuera que para la gente de aquí", afirmó.
Frías contó que él sentía que "debía haber otra forma (de hacer cine)". Luego de consultar un artículo en la revista Vice sobre los "kolombia", haber estudiado el tema de las pandillas para hacer otra historia y al mismo tiempo el de la música de la cumbia, todo esto se fue entrelazando dando origen a "Ya no estoy aquí".
Por su parte, Herbert señaló que en "Ya no estoy aquí" le resultó muy llamativo que la historia hable de "esa nostalgia por un espacio, pero construida a través de la música, que es una música que emigró".
Narró que la que cumbia colombiana que llega a Monterrey y se adapta y se convierte en un instrumento particular por esta vía de 'bajar la velocidad' y se convierte, para el protagonista de la película, en su identidad.
"La migración es también una forma de identidad, la migración no solo de las personas sino también de los productos culturales".
Frías de la Parra reveló que había identificado cuál canción debía estar en cierta escena y para asegurar su permanencia filmó los diálogos con la música encendida, "para que estuvieran pegadas, para que no hubiera un no".
Sobre el impacto que ha tenido su película desde su estreno declaró "Me llena de satisfacción que el habernos acercado de una manera, al menos en intención honesta, invita a una lectura más allá de contar una historia".
