
Protagonistas. Los dos están ahí, ante la mesa, como maestro y alumno, rodeados por libros y un par de botellas con agua.
“Son un público muy bonito”. El maestro Saúl Rosales (Torreón, 1940) saluda este jueves a sus lectores y amigos antes de empezar la conversación Militancia literaria, en compañía del también escritor Vicente Alfonso, esto el marco de la Feria Internacional del Libro Coahuila (FILC) Región Laguna, que actualmente se efectúa en el Centro de Convenciones Torreón.
Los dos están ahí, ante la mesa, como maestro y alumno, rodeados por libros y un par de botellas con agua. A las 17:30 horas, el presentador da lectura a las semblanzas. Vicente Alfonso es el primero en tomar el micrófono. Apunta que realizar un homenaje a Saúl Rosales en su tierra, es justo y necesario.
La intención consiste en desarrollar un conversatorio complementario al que Saúl Rosales sostuvo con Jaime Muñoz Vargas en la FILC celebrada hace unos días en Arteaga. Ya en múltiples ocasiones se ha abordado cronológicamente la trayectoria del maestro Rosales. Vicente Alfonso propone hablar sobre el taller literario que el llamado “patriarca literario de La Laguna” dirigía los sábados en el Teatro Isauro Martínez (TIM).
“En una ciudad sin facultad de letras, la facultad era el taller de Saúl”, indicó Vicente Alfonso.
A Saúl Rosales le tiembla la mano al momento de sostener el micrófono. Dice que a pesar de su edad siempre lo abordan los nervios. “La emoción me cierra la garganta”. Luego atraviesa los años y habla del taller literario de La Laguna, el cual se impartía en las casas de la cultura de Torreón y Gómez Palacio, auspiciado por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
“Pero finalmente en el Teatro Martínez fundamos el taller literario, después de intentarlo con autores venidos de la Ciudad de México. El último que recuerdo es Vicente Quirarte y luego, ya que se dificultó traer escritores de la capital para que condujeran el taller, quedó en mis manos”.
Rosales se declara incapaz de precisar fechas concretas, ni siquiera aproximaciones. “Así como he perdido cabello y muelas, también he perdido la memoria”. Pero a pesar de ese sentir, sus recuerdos continúan emitiendo luz, como un faro literario en medio del mar de Tetis. El maestro logra atisbar la aceptación amplia del taller y los problemas que fueron leitmotivs durante su existencia.
“En algún momento, la administración del teatro sintió que le pesaba el taller y quiso suprimirlo. Batallamos un poco, migramos a otros lugares fuera del teatro, pero nos reincorporamos. Todo esto significa un muy largo periodo.
Parece que por 1991 es cuando empezamos con el taller. Como les digo, no puedo precisar”.
Otro punto importante de ese proyecto fue la revista Estepa del Nazas, pues los integrantes del taller debían publicar en alguna parte. Saúl Rosales fue fundador, director y editor de esa publicación.
“Era un gusto. Quizá el mejor día de la semana para mí era el sábado, cuando tenía que ir al taller, cuando debía cumplir con una obligación que para mí era un gusto inmenso”.