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Cambio climático

YAMIL DARWICH

Resulta evidente el cambio climático que estamos viviendo -padeciendo- en el mundo. Cada día tenemos nuevas noticias sobre eventos naturales que antes no se presentaban; al menos con la misma intensidad.

El daño que le estamos provocando al planeta tiene que ver, curiosamente, con nuestro éxito para sobrevivir; en el presente, la esperanza de vida ha aumentado importantemente.

La longevidad con utilidad laboral la calculan en 75 años, con buenas capacidades físicas e intelectuales, muchos pueden desempeñarse laboralmente hasta los ochenta y más.

Los avances en lo que llamamos civilidad están entre las causas principales, aunque generamos desgracia ecológica.

Otro factor para la multiplicación, crecimiento y desarrollo humano es el gran avance en el conocimiento médico: saber las causas de las enfermedades desbocó los medios parapara educar, prevenir y recuperar la salud.

El desarrollo tecnológico trajo beneficios inmensos: mejor y mayor producción agrícola conllevó a mejor alimentación, salud y reproducción. Al momento de escribir este diálogo, ya éramos 8,028,504,258 humanos sobre la faz de la tierra y seguimos sumando.

Agregue la calidad de vivienda y el menor desgaste por las jornadas de trabajo, cuarenta horas a la semana parecen ser insuficientes; las ciudades cuentan con mejoras en servicios públicos y los hogares tienen comodidades que permiten descansar mejor a sus moradores.

Así, la ONU, informó que en 2022 nacieron 134,000,000 nuevos habitantes y murieron 67 millones de personas, todas consumiendo los recursos del planeta; desde oxígeno -liberando CO2-, alimentos y productos varios, incluyendo los servicios de confort y contaminando.

La mayor calidad de vida genera sobrepoblación y eso representa más contaminación con los productos de desecho liberados. Podemos llegar a ser, con nuestra capacidad de sobrevivencia, la causa de nuestra desaparición. ¿No le parece paradójico y hasta trágico?

Desde el 2021, los expertos del clima advirtieron: "es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera". Esa realidad desencadena un proceso de contaminación del planeta que debemos contener, hasta revertir, considerando nuestra organización política/social/económica mundial y la urgente necesidad que aparentemente pareciera imposible de cumplir.

El "día cero" es la fecha en que una población deja de recibir agua necesaria para sus actividades y sobrevivencia; la ONU marca el año 2028, para la Ciudad de México.

Es urgente que seamos responsables con el agua; que los gobiernos hagan obras de estructura suficientes y, sobre todo, es importante paliativo el compromiso ciudadano.

El consumo en México muestra la gravedad del desperdicio de agua: la ONU, calcula el consumo por habitante en 1000 litros diarios, aunque países como Canadá, con el 7% de agua planetaria, gasten solamente 300 a 400 litros.

En la zona mexicana de Aridoamérica, el reto se agrava con las sequías, el abuso industrial y la agricultura no tecnificada, quedado cada día con menos agua, provocando que la tierra se erosione, ocasionando desaparición de flora y fauna y mayor ineficacia para producir alimentos.

La Tierra incrementa anualmente 1.2 billones de agua por deshielo y poblaciones establecidas a menos de ocho metros por encima del nivel mar, están amenazadas por posibles inundaciones. Los países ricos invierten buscando soluciones, sin lograrlo.

La deforestación, genera aumento de calor y con ello crecen las necesidades de agua, agotando la almacenada en depósitos naturales -lagos y ríos-; los polos y altas montañas la pierden por descongelamiento y escurrimientos no recuperables. Representan incremento de temperatura creando un círculo vicioso.

El alza de la temperatura provoca daños a la agricultura; incendios e inundaciones forestales más frecuentes que afectan a los sistemas productivos, sumando más daño a la sustentabilidad planetaria. Agregue las consecuencias económicas.

La erosión y deficiente administración pública -incluye gobiernos dictatoriales y corruptos- dañan gravemente a África y América. La emigración es consecuencia de ello.

En 2025, en París, las naciones se comprometieron a detener los efectos del gas invernadero y evitar que la temperatura subiera más de 2 °C. Promesa incumplida.

Desafortunadamente los países con mercados emergentes incrementarán su producción de gases por razones de sobrevivencia y económicas. Los países desarrollados podrán detener su contaminación, pero no disminuir temperaturas ya elevadas por su sobre confort.

La ONU propone alternativas difíciles de cumplir, siempre con la necesidad de la solidaridad mundial, para las que deben invertirse entre 2 a 6 billones de dólares anuales; otra alternativa es la readaptación para enfrentar los efectos del cambio. Janet Yellen, ex secretaria del tesoro de EUA calculó entre 100 y 150 billones la necesidad de inversión en los próximos 30 años.

Otras soluciones, cercanas a la ciencia ficción, proponen crear una capa de ceniza que amortigüe los rayos solares disminuyendo el calentamiento global.

Es urgente disminuir el consumo de energías fósiles; optimizar el uso del agua; recuperar bosques y praderas y, ante todo, generar conciencia ecológica y solidaridad.

Debe ser esfuerzo de todos, pero sin excepciones. ¿Lo cree posible?

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