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Calidad de vida

YAMIL DARWICH

José Nabor Cruz, exsecretario general del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social -Coneval- -absorbido y controlado por el INEGI- declaró que 17.2 millones de mexicanos dejaron de vivir en la pobreza y dicho así, parece que vamos por buen camino al estado "de Jauja". Veamos la verdad relativa:

Según el CONEVAL, la pobreza se mide a través de dos enfoques principales: la causada por los bajos ingresos de los habitantes del país y la multidimensional, que contabiliza las carencias sociales en diversas áreas, caso de la educación, la salud, la seguridad social, la vivienda, los servicios básicos y la alimentación

Otros sociólogos hacen diferenciación entre pobreza y la extrema, rehuyendo usar el término miseria y considerando solamente los ingresos de las personas.

Se considera pobreza extrema la padecida quienes tienen ingresos menores a 3.2 dólares al día; moderada, por debajo de 5.5 dólares al día. En México, el mínimo general es de 278.80 pesos diarios y 419.88 pesos en la Frontera Norte. Le sugiero haga las transformaciones del peso contra las monedas del mundo, sacando propias conclusiones.

Le pido considere el concepto entre pobreza y miseria:

La pobreza se refiere a la falta de recursos económicos para satisfacer las necesidades básicas; la miseria, describe a la situación extrema, donde la persona y sus dependientes viven todas las carencias y que, por su estado precario, apenas pueden sobrevivir. En México, 31.5 millones de nacionales viven la llamada moderada y 7 millones padecen la extrema - INEGI 2024-. El INEGI. publicó que más del 40% de mexicanos pertenecemos a la clase media, nivel socioeconómico que permite cubrir las necesidades básicas y tener capacidad de ahorro, incluidas algún tipo de vacación y diversión. Calculan que tales ciudadanos tenemos ingresos con un promedio de alrededor de los 20 mil pesos mensuales.

Las cifras que muestran superación de la pobreza, por medición de los ingresos; indudablemente han mejorado y los economistas los explican por varios factores: remesas enviadas del exterior, aumento del salario mínimo, la suma de sueldos y salarios que aportan los familiares al grupo nuclear y la repartición de dinero que hace nuestro gobierno con diferentes programas sociales. La administración que se hace con los recursos entregados en dádivas no es evaluada y Usted ya ha sido enterado de distintos casos y usos.

Ahora comentemos sobre los otros conceptos, tomados en cuenta a nivel mundial, útiles para evaluar la calidad de vida; debo recordarle que, en algunos estados, apenas alcanzan a recibir un dólar diario -Cuba y algunos países de África- y que, más o menos mil cien millones de humanos -de 8 mil que somos-, son pobres o míseros.

La relación existente entre desnutrición y enfermedad está sobradamente demostrada y es directamente proporcional.

En salud pública, estamos en franco retroceso -muy señalado desde el sexenio anterior- con carencias marcadas en servicios y medicamentos.

Luego de casi siete años de gobierno populista, aún no podemos tener, al menos medianamente surtidas, las farmacias del estado; los equipos médicos y de diagnóstico están en malas condiciones o francamente descompuestos y, al igual que los laboratorios químico-clínicos, trabajan sin los materiales necesarios para el diagnóstico evidenciado; las condiciones de edificios e instalaciones varias muestran deterioro y falta de mantenimiento.

La presidente Claudia Sheinbaum, ha mostrado sensibilidad ante el grave problema y anunció la creación de 31 nuevos hospitales y 260 quirófanos durante el 2025. Estemos pendientes del avance.

En educación, también hemos avanzado en la disminución del analfabetismo y el ofrecimiento de nuevos servicios en todos los niveles -básico, medio superior y superior-. La OCDE nos ubica entre los más deficientes en calidad educativa y queda mucho por hacer en capacitación docente.

Es urgente encontrar solución a la ineficiencia en educación y la aplicación presupuestal; enfrentar el reto de la reorientación, de política a educativa, del sindicalismo. Las consecuencias se medirán en el desarrollo de habilidades y competencias a mediano y largo plazo.

En vivienda, se dictaminó que faltan 8,977,409 viviendas en 2022 -24.3%-, mostrando graves insuficiencias en el reto, por falta de capacidad de los pobres para acceder a una morada adecuada, altos costos, inadecuada localización -distancias-, deficiencias en construcción y la gentrificación.

Los servicios públicos son otra gran oportunidad para mejorar; la deficiencia en comunicación, servicios básicos -luz y agua-, incluido drenaje y el marcado deterioro en lo existente por falta de mantenimiento, crean un ambiente insuficiente para ofrecer calidad de vida.

De seguridad: innecesario mencionar nuestra deplorable realidad.

Siendo así, evaluemos nuestra realidad y decida, analizando Usted mismo, si hemos mejorado las condiciones de vida en México y podemos aspirar a llegar a tener mayor equidad, libertad y felicidad.

Le invito a reflexionar y pensar en nuestro compromiso en contribuir para mejorar entre riqueza, pobreza o miseria. ¿Qué concluye?

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