
Brecht contra la guerra
La ambición territorial entre naciones se viene manifestando con la palabra y con la guerra en esta parte del siglo XXI. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado la intención de apropiarse Canadá y Groenlandia; por su parte, Israel, conducido por un émulo de Hitler, con el conflicto en Palestina está posesionándose de geografías mayores a las que ya desde antes de la guerra se había apropiado.
Crecer territorialmente fue una de las consignas nazis para movilizar al pueblo alemán y lanzarlo a la Segunda Guerra Mundial. El mayor dramaturgo del siglo XX, Bertolt Brecht, vivió y padeció en Alemania el ambiente social previo a la lucha armada y le sucedió igual en otros países, aun en Estados Unidos, donde se refugió en 1941.
Brecht había sido movilizado en 1918 para el servicio de sanidad, puesto que entonces estudiaba medicina. Ese hecho del llamado castrense aparece en su famoso poema “Mi hermano el aviador” donde se ve cómo acaban los ciudadanos comunes a causa de la ambición territorial, “viejo sueño” de los gobernantes.
Los siguientes son los doce versos, las tres estrofas, del poema en cuestión: “Mi hermano era aviador / un día recibió una tarjeta / hizo su equipaje / y salió hacia el sur. // Mi hermano es un conquistador. / A nuestro pueblo le falta espacio / y obtener territorios ha sido / entre nosotros un viejo sueño. // El espacio que mi hermano conquistó / se encuentra en la Sierra de Guadarrama / tiene un metro ochenta de largo / por un metro cincuenta de profundidad”.
Ante el acoso nazi, Brecht abandonó su país en 1933 y recorrió los países del norte de Europa hasta acabar refugiándose en Estados Unidos. Antes, el gobierno alemán le quitó la nacionalidad por otro de sus poemas, “La leyenda del soldado muerto”, donde denuncia el militarismo imperante en el país de Hitler.
“La leyenda del soldado muerto” brota en el pueblo después de que los militares escrutan toda Alemania para reclutar carne de cañón que alimente la Primera Guerra Mundial. Es 1918 y Brecht explica: “Los jóvenes de diecisiete años y los cincuentones fueron equipados y empujados al frente […] El pueblo decía: ‘Ya desentierran a los muertos para llevarlos a la guerra’”.
El poema describe: “El verano se arrastró sobre las tumbas / el soldado hacía un tiempo que dormía / cuando llegó de pronto una noche / la delegación forense militar. // Esta comisión médica / se dirigió al camposanto / y con palas benditas / desenterró al soldado caído”.
En los dos últimos versos, el cadáver exhumado es preparado y: “El soldado, como le ha sido enseñado / marcha hacia la muerte heroica”.
La pluma sarcástica de Bertolt Brecht hirió la sensibilidad militar de todos los niveles; un grupo de veteranos de la guerra le lanzó cerveza mientras cantaba su balada antibélica.
Contemporáneo de las dos guerras mundiales (había nacido en 1898), Brecht escribió abundantemente contra el belicismo. Son muchos sus poemas y canciones que publicó aislados y entre las obras de su teatro épico. De su producción para la escena recuerdo tres obras antibélicas que vi representadas en la Ciudad de México: Madre coraje, Los fusiles de la madre Carrar y Terror y miseria del Tercer Reich.
La protagonista de Madre coraje representa el contubernio del poder económico y la vocación belicista. La madre Carrar, en España, se opone a que sus hijos militen contra la represión franquista y nazifascista; al final los hechos la convencen de que se deben usar los fusiles contra esos enemigos del pueblo. Terror y… pasa revista a la sociedad alemana dominada por los nazis.
Aparte de las obras mencionadas, pude asistir a muchas representaciones de otras porque Bertolt Brecht, desde temprano el siglo XX y como ahora, es el más grande dramaturgo contemporáneo y escribió contra la guerra.