
Atrapado en los 70’s
Amigos atrapados en los setenta, en esta ocasión nos saldremos un poco del tema musical para irnos a un tema televisivo, de la misma década, que actualmente está en boga.
A principios de los años setenta era normal y seguro en nuestra ciudad que al atardecer los niños saliéramos a jugar a la calle con otros infantes del mismo vecindario. Al llegar cierta hora de la noche, nuestras mamás nos gritaban o, en mi caso, nos chiflaban para meternos a la casa a descansar, cenar algo, ver un ratito la tele y dormir porque teníamos que asistir a la primaria al día siguiente.
En aquel tiempo la radio y la televisión eran los únicos medios de comunicación para entretenernos en casa, y había solamente unos cuatro canales de televisión que yo recuerde: se veía el Canal Dos local, el Canal Cuatro local que se enlazaba en la tarde con el Canal Ocho de la Ciudad de México que se convertiría después en Canal Cinco, el Canal Once, que era repetidora del Canal Dos de Televisa y el Canal Trece de México.
Por su parte, había unas doce estaciones de radio en amplitud modulada. Eso era lo único en medios electrónicos para divertirse; en esa época ya existían las televisiones a color, pero muy pocas familias se podían dar ese lujo; así que, al transitar por alguna calle, si veíamos a través de una ventana una televisión a color nos quedábamos impresionados por tal maravilla, literalmente se nos caía la baba, y todavía en ese tiempo no todos los programas eran a color, incluso en la programación de los canales que salía a diario en el periódico se indicaba si el programa era a color o en blanco y negro.
Recuerdo que al meternos de jugar en la calle veíamos un rato la tele en blanco y negro.
De los programas que nos deleitaban con su comicidad en horario estelar a partir de las siete de la noche, yo tengo muy presente el programa de Luis Manuel Pelayo, un programa de concursos, también recuerdo la barra de programas cómicos como el show de El Loco Valdés, Los Polivoces, el programa de Silvia Pinal, Hogar dulce Hogar, Ensalada de Locos, La carabina de Ambrosio, Mi secretaria, entre muchos otros, pero había un programa que hacía que nos metiéramos a la casa sin que nos chiflara mi madre: “El Chavo del Ocho”, creo que lo pasaban los lunes a las ocho de la noche, primero en forma de sketch cómico en el programa de Chespirito, y luego ya formalmente como programa titular ya con el nombre de “El Chavo del Ocho”, en Canal Ocho, que por ese tiempo todavía no era Televisa, ya después pasó a Canal Dos cuando los mencionados canales se fusionaron como Televisa, quedando simplemente como “El Chavo”.
El programa reunió a toda la familia: chicos y grandes frente al televisor por varias décadas, llegando uno a encariñarse con los personajes como si fueran de nuestra familia, era un humor limpio, blanco, con un sentido diferente a la forma actual de hacer comedia, pero que, sin embargo, sigue vigente en el gusto de los espectadores en la actualidad trasladándose de generación en generación.
Siempre recuerdo con cariño el programa de El Chavo del Ocho, aún lo veo cuando tengo oportunidad y me sigue causando gracia.
Pero estamos en tiempos de decadencia y dentro de esa vorágine de intereses económicos lo que antes causaba gracia ya fue exprimido por los corporativos y ya le sacaron hasta el último centavo.
Aunado a ello, el auditorio promedio lastimosamente consume cada vez más basura, ya sea auditiva o televisiva, ahora lo que vende es la vulgaridad, el morbo, la sangre, lo desechable, lo intrascendente, y vienen toda esa serie de programas de chismes, de “casos de la vida real”, donde consumimos morbo y más morbo, chistes infumables, groserías, carroña, para hacer más tonta cada vez esa pantalla televisiva nacional, llámese Televisa, TV Azteca o Netflix con sus “bioseries”.
Mis hijas me invitan a ver la serie de Chespirito, donde se denigra la historia de los actores, en la visión de algunos de los hijos de Roberto Gómez; yo la verdad me niego a ver esa serie, porque aborda temas muy personales de los actores, algunos ya fallecidos, y yo prefiero quedarme con ese recuerdo limpio, bonito de mi vecindad del Chavo, con mis personajes queridos desde mi niñez, no quiero que una serie manche ese bonito recuerdo de mi infancia; que lastima que el morbo sea negocio en esta época decadente en los medios que solo buscan lucrar con la ignorancia del consumidor.
La verdad es que estamos en tiempos decadentes en cuanto a los contenidos televisivos nacionales, así como en la “música” actual, que no es música, yo por eso me quedo atrapado en los setenta.
EXPRESIÓN CULTURAL
La invitación a que nos escuche en el programa de Expresión Cultural, este miércoles 13 de agosto a las 19:00 horas, conducido por José Legaspy en el 89.5 F.M. donde abordaremos el tema de la radio de ayer y la radio de hoy, así como el legado de Ozzy en el Heavy Metal de los 70’s .
Contacto: [email protected]