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LADRONES DE SUEÑOS

ALEJANDRO TOVAR MEDINA

Todo el que escribe, arriesga. Sus versiones, de cualquier tema, denunciarán no sólo estilo, ortografía y rima, también las aristas de su propio carácter y la vertiente de sus sentimientos, porque no se pueden tener las ideas encerradas en un cajón, pues ellas exigen salir y ser cotejadas a los cuatro vientos. Son como el río y como el tiempo, siempre estarán yendo al frente, siempre.

Todo escritor apasionado es como el muchacho en la selva acechado por una feroz pantera, pues sabe que sus letras tendrán la aprobación o negativa de su público y encima habrá un juicio sobre su propia persona, pero se salva si acelera el sentido de la observación porque así sabrá comunicar el espíritu del personaje y lo puede mostrar con una especial sensibilidad artística.

Esa oportunidad se dio el sábado 9 en el Yankee Stadium con la reanudación del tradicional partido de veteranos de los Mulos, que no se daba desde 2019. A la presentación, aparecen con el redactor, sus pasiones, emanan de su corazón y con un favor especial se le unen y acomodan frente a la tv. Y ve a los veteranos ídolos cada vez más viejos y deteriorados. Por cada uno que aparece, se van dando algunas lágrimas. Algunas de las pasiones y otras del escritor.

Roger Clemans (63, ) Dave Cone (62). Dwigth Gooden (60), Ron Guidry (74), Duque Hernandez (59), Andy Pettite (63), Mariano Rivera (55), Paul O’Neill (62), Lou Piniella (82), Joe Torre (85), Bernie Williams (56), Bucky Dent (73), Dave Justice (59), Tino Martinez (57) entre otros muchos, encabezados por el jefe Derek Jeter (51). Un grupo entre gritos, palabras, voces y silencios.

Los cronistas se referían a la edición de 1965, cuando los organizadores lograron llevar al viejo héroe Joe Dimaggio (1914- 1999) que correspondió con un grand slam. Estar ahí en ese volcán de talento es como tocar el cielo con las manos, porque los superastros del diamante no mueren cuando dejan de jugar, ni siquiera cuando son sepultados. Ellos siempre caben dentro del alma de cada fan, que sólo esperan cuando empiecen sus acciones, porque abren la boca y acaban con todo. Fueron hechos para impactar multitudes. Tal vez puedan ser de otro planeta.

La cabeza de esos seres superiores, es una computadora que devora datos y sensaciones, viven dentro de un laberinto que domina voluntades y destinos, acostumbrados a luchar contra la sombra de sus propios límites. ¿Los héroes del diamante son seres especiales o espaciales? Para el caso es lo mismo. Uno quisiera que Aaron Boone secuestrara a tres o cuatro y los pudiera poner en alguna cámara especial, para rejuvenecerlos y entrar a jugar con la tropa actual, tan vacilante.

Quienes viven dominados por la pasión del beisbol, se convierten en perseguidores de sombras, tienen miradas que escrutan tu interior para ver la clase de persona que eres y aunque saben bien que todo apego emocional es como una cárcel y su grito apasionado puede unirse a un coro de almas errantes, no le importa. El amor al juego de beisbol da una aura de hombre bueno. Por ello con nuestros Yankees y Unión Laguna aquí, despertamos con ilusión y fantasia. El joven Murra y su tropa nos meten a una semana de vértigo y atrevimiento. Una aventura de beisbol.

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Escrito en: Al Larguero Columnas Deportes Alejandro Tovar Medina

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