
5 cosas que la antigua cultura romana que te sorprenderán
Tal vez no lo notes, pero aún resuena un extenso legado de la cultura romana en la vida moderna.
En el trazado urbano, el calendario, las expresiones que utilizas de forma cotidiana o hasta en las leyes, se encuentra la herencia directa de la antigua civilización romana.
Conocer más sobre las civilizaciones antiguas significa echar un vistazo al pasado que hoy nutre tu presente, es conocer quién eres desde la raíz para comprenderte en la actualidad.
Por ello, aquí se enlistan 5 cosas interesantes que quizá no sabías de la antigua Roma, de acuerdo con World History Encyclopedia.

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Un método útil para hacerle frente al estrés y mejorar el rendimiento académico.1. Roma nació gracias a una loba gigante
El surgimiento de Roma se rodea de varias leyendas con distintas versiones. Una de ellas relata la vida de dos semidioses que fueron abandonados, llamados Rómulo y Remo, y encontrados a orillas del río Tíber por una loba gigante.
La criatura se encargó de amamantarlos y cuidarlos. Luego, Rómulo mató a Remo, fundó Roma en el 753 a.C. y se convirtió en el primer rey mítico de Roma.
2. Roma tuvo el período de paz más largo de la historia
La Pax Romana, que significa paz romana en latín, fue un período de relativa paz y prosperidad en el Imperio Romano, el cual duró alrededor de dos siglos. Éste inició en el reinado de Agusto (27 a.C.- 14 d.C.) y culminó con Marco Aurelio (161 d.C. - 181 d.C. ).
El senado romano le otorgó a Augusto la autoridad extrema sobre los gobernadores provinciales (imperium maius) y el tribuno de la plebe (tribunicia potestas), por lo que tenía el poder de controlar a quienes lo rodeaban así como las acciones de los magistrados.
Aumentó el ejército y proporcionó protección contra incendios, hambrunas e inundaciones. Disminuyeron los conflictos civiles, los mares se limpiaron de piratas y Roma volvió a crecer.
Si bien, hubo relativa paz y prosperidad, no fue una época completamente libre de represión y control.
3. Creían que incluso los objetos inanimados tenían espíritu
La religión romana era politeísta, desarrollada a partir de la creencia de que todo, incluidos los objetos inanimados, tienen un espíritu. Esto parte del animismo primordial de la religión griega y etrusca. Los etruscos fueron un pueblo que habitó el centro de la península itálica entre el VIII y III a.C., actualmente Italia.
"Los dioses romanos acabarían tomando como modelo en gran medida a sus homólogos de la religión griega (Júpiter = Zeus, Juno = Hera, etc.)", enfatiza la enciclopedia.
4. Un día común en la antigua Roma
De acuerdo al sitio, un día normal no distaba mucho, en cuestiones prácticas, de la modernidad.
La base de la sociedad romana era la familia. Sus miembros trabajaban en empleos diversos y disfrutaban del tiempo libre en obras teatrales o eventos deportivos. Practicaban natación, paseos en bote e incluso acudían a baños públicos, los cuales fomentaban la socialización.
Un día normal dependía de la clase social a la que se pertenecía. Mientras algunos romanos eran profesores intelectuales, agricultores, artesanos, constructores o comerciantes, otros sobrevivían en condiciones de esclavitud, a quienes se les destinaban las tareas físicas más duras. Sin embargo, también hubo esclavos dedicados a las profesiones liberales, las cuales eran tareas intelectuales, como la enseñanza o medicina.
5. 'Hacer changuitos' es un gesto que nació en Roma 🤞
Existen ciertos gestos que se utilizan de forma habitual para saludar, negar, afirmar o incluso insultar que han sido heredados de la antigua cultura romana. Aunque algunos mantienen su significado, otros lo han cambiado, así como la forma de hacerse.
- Entrelazar los dedos o 'hacer changuitos' significaba mal augurio o presagio.
- Mirar de reojo expresaba envidia, desconfianza, odio o, en ocasiones, seducción.
- El signo harpocrático que se usa al colocar el dedo índice sobre la boca se comenzó a utilizar en la antigua Roma para pedir silencio.
- Hacer cuernos servía para protegerse del 'mal de ojo'. Con el mismo fin se usaba el dedo deshonesto al levantar el dedo medio mientras se mantienen los demás apretados.

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