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Un corte de cuentas

Julio Faesler

El aumento de la población mundial ha agudizado el rechazo general ante gobiernos incapaces de resolver hambrunas, enfermedades y pobreza crecientes. Aumentan las caravanas migratorias incluso transcontinentales. Miles de ojivas nucleares prestas a ser usadas cambian clásicos parámetros militares y el espectro de una aniquilación mundial y se atomiza en continuos choques regionales donde frecuentemente las mafias imponen su ley.

Mientras los cambios fueron dándose en nuevos escenarios internacionales en México irrumpía AMLO declarando su intención de salvar al país del liberalismo empresarial que a lo largo de los años abusaba del poder condenando al pueblo a la desigualdad e injusticia.

Durante los cinco años de su gestión a partir de 2018, López Obrador ha hecho su guerra polarizando a la sociedad en pillos y víctimas en un marco de una engañosa evolución donde la única verdadera "transformación", la cuarta, ha de ser el marco para conformar leyes y principios a las supuestas demandas del pueblo.

La sociedad civil, sin embargo, identificada en una población empeñosa y trabajadora lleva décadas de actuar produciendo y esforzándose por mejorar condiciones generales de educación y defensa de sus derechos afirmando a diario su papel y organizando mejor sus perfiles políticos.

El gobierno de AMLO se dedicó sistemáticamente a destruir estructuras y entidades que servían sus propósitos originales. Esta ha sido la suerte de muchas organizaciones dedicadas a la salud, educación y en múltiples formas de producción. La perversa intervención del gobierno ha sido en todos los órdenes. El debilitamiento de las entidades electorales autónomas ya se advierte como amenaza a las elecciones en puerta. Ahí también medran las mafias criminales al amparo de "abrazos no balazos".

Si desde su inicio AMLO ha hecho su guerra ha llegado la hora de emprender la restauración. Independientemente de los resultados electorales del próximo 2 de junio, el rescate debe hacerse entre amigos y no como si México estuviera habitado por puros adversarios.

No se trata de restaurar el "desarrollo estabilizador" que asignó tarea a la CNOP, a la CNC o la CTM, alineados al partido oficial ni a la dictadura perfecta de los maestros, brazos electorales del gobierno.

Si los números favorecen a Claudia Sheinbaum, la tarea de recomponer al país será más complicada para la sociedad civil. Con Xóchitl en cambio los programas de ayuda popular permanecerán conforme a criterios actualizados donde el apoyo no solo es repartir poder de consumo sino por fin empezar a respaldar con créditos y facilidades la producción de artículos y servicios para crear empleos formales que transformen recursos ociosos en riqueza.

Hay que reconstruir los devastados servicios sociales y añadir los apoyos a la producción que requieren las pequeñas y medianas industrias que son más del 90% de la fuerza laboral. Se trata de retomar e incrementar el ritmo que ya aportaban y que realicen su papel natural de productor de riqueza.

La estrategia arriba descrita atenderá simultáneamente los inaplazables campos en materia de salud pública y modernización de la educación. La restauración nacional se basa en la acción tripartita salud, educación y seguridad que se olvidaron completamente durante la 4T

El programa de Xóchitl Gálvez, liberada de ataduras de imitación semi-socialista de AMLO, puede prever la presencia de la sociedad civil en las decisiones de gobierno de manera hasta ahora no conocida en nuestro país. La participación formal en el gabinete presidencial de las fuerzas de los trabajadores y las clases medias sería un elemento que aseguraría equilibrio de todos los sectores socioeconómicos del país.

En la nueva administración presidencial la orientación de la acción oficial no vendrá de los partidos que han mostrado su incapacidad para desempeñar sus funciones legislativas de iniciativa y control.

Falta coordinar en el gabinete presidencial la visión de interés público con un pragmatismo que integre las múltiples actividades privadas del país dentro del concepto del anunciado gobierno de concertación.

Un gabinete mixto sería el paso que será hoy día tan avanzado como en su momento lo fue a principios del Siglo XX la concepción de responsabilidad social que hizo un modelo la Constitución de 1917. Los tiempos actuales exigen nuevos conceptos de renovación social acorde con el siglo XXI. Las nuevas fórmulas pueden aplicarse con el nuevo gobierno de 2024.

La sociedad civil está demostrando su papel de orientación y vigilancia para responder las urgencias de modernización del país conforme a los retos del momento y parámetros de la actualidad .

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