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Tsunami Político

YAMIL DARWICH

Luego del primer oleaje del tsunami político que representó la victoria arrasante de Morena, viene el tiempo de empezar a evaluar lo que sucedió con el electorado mexicano, quienes, en resumen, prefirieron continuar con la izquierda llamada "4T" y rechazar a la derecha encabezada por Xóchitl Gálvez.

Solo los más radicales de la oposición continúan rechazando los resultados; los analistas más calificados, incluya a los anteriores dirigentes del INE y algunos editorialistas que antes del 2 de junio se oponían a las posturas de izquierda de AMLO y colaboradores, ahora reconocen la victoria.

Contabilizando las casillas abiertas para el 2 de junio y restando los delitos de los seguidores de MORENA, no serían suficientes para desconocer el triunfo. Más claro no se puede escribir.

La democracia se define claramente: se trata de respetar la voluntad de las mayorías, aunque las minorías no estemos de acuerdo en las posturas de la izquierda.

Esperemos que el tiempo y el trabajo de investigación de quienes son expertos en el tema, con el análisis de los mercadólogos, sociólogos y políticos, esperando que hagan sus estudios, nos expliquen qué pasó, porque hay muchas preguntas por responder, para saber/aprender, al menos medianamente.

Lo que sí empezamos a vislumbrar son los muchos errores en la evaluación de las estrategias de la oposición durante su campaña; entre ellas la insistencia del discurso desgastado y anacronías que no convencieron al electorado que no olvida.

Fueron incapaces de entender la actualidad de un México que ha cambiado; los ciudadanos ya empezamos a evaluar las decisiones políticas, tomar y descartar el engaño del discurso del pasado.

Esos perdedores de la elección nos estuvieron vacunado para ya no caer en sus frases huecas. Importante reflejo de lo anterior fue la copiosa votación, por encima de las elecciones de hace 6 años, que solamente son superadas por las votaciones del viejo PRI de caudillismos y monopolio de las castas políticas del tricolor, luego panistas o perredistas", quienes son -presente- reconocidos como abusivos del manejo de poder.

Ahora, varios desvergonzados se repiten y difícilmente podrán rehacer su imagen, viéndose como más honrosa su desaparición de la escena nacional. Interesante: previniendo la debacle, buscaron y lograron una curul protectora.

Los líderes de los partidos de oposición -PRI, PAN, PRD- tampoco entendieron que ya no aceptamos imposiciones partidistas, las que, aceptaban los seguidores disciplinados; hoy, el elector estudia a candidatos y pensamientos.

Dan vergüenza los muchos chapulines que saltan ante su menor inconformidad; son verdaderos infortunios para México. Los peores supieron sobrevivir.

Los mensajes tradicionales no solo fueron inefectivos, además causaron rechazo; hablar claro, con lenguaje coloquial -no vulgar- y darle sentido según cada audiencia fue importante. La gente escuchó de MORENA lo que aspira.

El grueso de la población quiere soluciones prácticas a sus necesidades personales y familiares; en México, alrededor del 60% de la población sufre alguna pobreza de las conocidas -escolar, habitacional, alimenticia, transporte, salud, etc.- no le interesan planteamientos filosóficos ni estadísticas abrumadoras.

Las entregas de dineros -hasta decenas de miles pesos por familia- resuelven las carencias diarias y eso fue contundente. Para ellos hay prioridades familiares.

Las mismas caras y expresiones de los parásitos políticos, provocaron rechazo a la frescura que en algún momento mostró Xóchitl; ella, al aceptar la presencia de tales líderes desgastados -¿vencida?- no solo falló al intentar rescatarlos, se hundió con ellos.

MORENA, reconoció la crítica por sus improvisados en puestos clave y las acusaciones de corrupción -ambas ciertas- y las contrarrestó con una candidata con posgrado académico y algunos colaboradores de reconocida capacidad profesional. La oposición calló y tampoco contraatacó.

Hoy, para bien o para mal -el tiempo lo dirá- debemos entender las posturas políticas del "segundo piso". Analicemos sus resultados; los hechos, no las palabras.

Para la oposición queda reinventarse, tal vez morir para renacer, dejando espacios a la aparición de nuevos políticos con vocación, capaces y bien intencionados; bregar contracorriente, como hace varios sexenios lo hizo el PAN, hasta alcanzar el poder, solo para fortalecer la decepción de los mexicanos. Recuerde al parlanchín de Fox y al mismísimo Calderón; Peña Nieto, se cuece aparte… y muy mal.

México es grande y vigoroso, por encima de otros países latinoamericanos que sufren el empobrecimiento del populismo; sin embargo, aunque no se prevé en el corto plazo, sí necesitaremos un gobierno sensato y capaz de comprender que la posmodernidad requiere administrar los recursos inteligentemente, considerando la realidad mundial, buscando el bien común; recordando que: "no se trata de empobrecer a los ricos, sino enriquecer a los pobres".

Claudia Sheinbaum Pardo, tiene dos alternativas personales: pasar a la historia como la primer mujer presidente de México, impulsora del bienestar general y enriquecimiento nacional o la dictadora de izquierda radical que profundizó el empobrecimiento de su País.

¿Usted que espera?

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