No es el título de una nueva película de ciencia ficción en donde todo ser irá paulatinamente a la extinción del ser humano, idea que ha rondado en el séptimo arte por varias décadas.
Hasta ha hecho que los cinéfilos se identifiquen con este tipo de historias, ya que son una catarsis, debido a que nos plantea lo ínfimo que somos ante una eventual destrucción masiva generada por la naturaleza o por nosotros mismos.
Sin embargo, en los últimos años ha aparecido un elemento que nos ha puesto ya no en un efecto de espejo, es decir para vernos reflejados, sino en un escenario capaz de movernos a considerar que ese futuro ya no sería tan ficción, sino que cada vez está a la vuelta de la esquina, esto es la presencia de máquinas capaces de rebelarse contra el ser humano que las creó para dar paso al dominio de lo que se considera una o varias inteligencias artificiales.
De ahí los mitos como Terminator, el robot humanoide que inmortalizó a Arnold Schwarzenegger (hasta la vista, baby), o HAL 9000 (que curiosamente es una broma para la antigua empresa de computadoras IBM, aunque el autor de la novela en que se basa 2001: Una Odisea en el Espacio, Arthur C. Clarke, siempre lo negó), la inteligencia artificial que se rebela contra la necesidad del humano por tomar el control de una misión y que por vez primera veía como aquello que inventó no sigue sus órdenes.
Por eso, al solo escuchar Inteligencia Artificial nos remite indiscutiblemente a estos dos mitos, en donde los seres humanos nos sentimos totalmente desarticulados, debido a que cada vez le hemos otorgado a los dispositivos mayor responsabilidad para que nos ayuden a obtener mejores resultados, en un breve tiempo y con un menor esfuerzo y empleo de recursos.
La revolución que estamos viviendo en el uso de la inteligencia artificial nos hace pensar que será el futuro de industrias como el cine, la cual se basa en generar simulaciones que serán guardadas ahora en un archivo que contiene una secuencia de imágenes, sonidos y colores que nos cuentan historias, sueños, pesadillas, la vida misma que a veces olvidamos o simplemente son trazos y ya.
Sam Altman, CEO de la compañía que es hoy por hoy la punta de lanza en el sector de la Inteligencia Artificial (Open IA, empresa responsable de Chat GPT, Dalle y próximamente de la aplicación que genera video a través de una petición textual llamada Sora) hace poco comentó en X (antes Twitter) “Las películas se van a convertir en videojuegos y los videojuegos se van a convertir en algo inimaginablemente mejor”, es decir, la revolución a la que asistimos nos vendrá a confrontar nuestros parámetros sobre lo que entendemos que es el cine, la experiencia del espectador que concede licencias para disfrutar de un espectáculo visual, a ser un ente que no solo será pasivo sino cada vez tendrá más participación, ya no únicamente como en algunos experimentos de historias interactivas en las cuales uno decidía hacia dónde debería de ir la narración de la historia, será más un acompañante de la historia, al punto que quien romperá la cuarta pared seremos nosotros para incluirnos en estos escenarios de “mundos”, lo cuales nos harán vivir otro forma de ver el cine.
Esta reflexión la comparto luego de escuchar que Adobe, compañía encargada de programas de diseño y edición como Photoshop, Illustrator o After Effects, ha anunciado que incluirá en su editor de video Premiere la función de utilizar los modelos de Inteligencia Artificial como Sora, RunAway LM y Pika Labs, para generar imágenes que puedan complementar o sustituir las creaciones y elementos de producción que antes solo eran sueños lejanos, para ser algo más cercado a todos.
Por ello, la preocupación de toda la comunidad cinematográfica, que ha criticado que el uso de estas tecnologías les quite trabajo a miles de personas, excepto a los productores, pero todos los demás podría ser sustituidos. De ahí el reclamo de la actriz Fran Drescher, quien ha sustituido a Sarah Connor en la pelea contra la IA, a los grandes estudios que por ahorrar dólares harán todo lo posible para que esta nueva forma de generar imágenes sea capaz de transformar todo lo que hasta hoy consideramos como cine y televisión.
Se vienen cambios muy importantes en la sociedad, que esperemos poder estar preparados para entender que el cine se transformará en algo que posiblemente ya no le llamaremos cine.
