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Otras democracias

CARLOS CASTAÑÓN CUADROS

Ensimismados, es fácil perder la perspectiva de lo que sucede más allá con otras democracias. Sencillamente nos dedicamos a lamentarnos, a culpar a la “polarización”, no obstante, la mayoría de los segmentos económicos, apoyó por unanimidad la continuidad de un proyecto. Por lo mismo, hace tiempo, que muchos medios de comunicación renunciaron al periodismo, en pro de asumir una “posición”. Sin embargo, nos conviene mirar a lo que sucede en tres democracias de abolengo: Reino Unido, Francia y Estados Unidos.

Pese a su fracaso como primer ministro, Rishi Sunak, se despidió con dignidad frente a los ciudadanos. Aunque su gobierno duró más que una lechuga (recuerden a Liz Truss,, no es broma), Sunak no se aferró al cargo, ni tampoco repartió culpas; sencillamente asumió su responsabilidad como gobernante. En un discurso breve, acompañado de su esposa, salió por la puerta del icónico número 10 en Downing Street, para asumir la realidad: “Al país me gustaría decir en primer lugar, que lo siento. He hecho mío este trabajo, pero me han enviado una señal clara de que el gobierno del Reino Unido debe cambiar. Y el único juicio que importa es el de ustedes. He escuchado su enfado, su decepción y asumo la responsabilidad de esta pérdida. A todos los candidatos y activistas conservadores que trabajaron incansablemente, pero sin éxito. Lamento que no hayamos podido ofrecer lo que merecen sus esfuerzos. Me duele pensar cuántos buenos colegas que contribuyeron a sus comunidades y a nuestro país, ya no se sentarán en la Cámara de los Comunes. Les agradezco su duro trabajo y su servicio. Tras este resultado dimitiré como líder del partido… Es importante que, tras 14 años en el gobierno, el Partido Conservador, se reconstruya, pero también que asuman con profesionalidad y eficacia su papel crucial de oposición”. Sobre el nuevo primer ministro, el laborista Keir Starmer, expresó: “Aunque ha sido mi oponente político, pronto se convertirá en nuestro primer ministro. En este trabajo, sus éxitos serán todos nuestros éxitos y le deseo lo mejor a él y a su familia. Cualesquiera que sean nuestros desacuerdos en esta campaña, es un hombre decente y con espíritu público al que respeto”.

También en la derrota puede haber grandeza. Por lo tanto, el político inglés con raíces indias, no dudó en reconocer a su oponente. ¿Quiénes de los se llaman “oposición” en nuestro país, son capaces de reconocer con honestidad al otro? Por lo pronto, los laboristas arrasaron en la cámara y consiguieron la gran mayoría (412 escaños de 650), lo que les permitirá gobernar sin necesidad de coaliciones. Pese a su expulsión del partido laborista, Jeremy Corbyn, mantuvo su escaño en la cámara y contribuyó a la causa desde su trinchera.

Por otro lado, en Francia, el país republicano por excelencia, registró un inusitado avance de la ultraderecha, bajo la mano Le Pen y compañía, durante la primera vuelta. Las elecciones sucedieron tras un gobierno profundamente impopular al mando de Emmanuel Macron. Sí, el mismo que no dudó en recortar los derechos sociales a los ciudadanos y de paso cargar violentamente contra las protestas. A pesar de todo, partidos y ciudadanos se unieron bajo el icónico grito “no pasarán”. De esa manera, la izquierda francesa logró remontar con la coalición del Nuevo Frente Popular, bajo el liderazgo de “La Francia Insumisa” que encabeza Jean-Luc Mélenchon. No lograron mayoría, pero frenaron por ahora, a Le Pen. Los ultras siguen latentes.

Sin duda, los franceses recordaron el significado del gobierno de ultraderecha en la Segunda Guerra Mundial. No repitieron la historia y refrendaron en la segunda vuelta, su compromiso con la mala democracia, a excepción de todo lo demás. El avance ultra es un llamado de atención, como ya sucede en Alemania, y por lo pronto, Francia ganó tiempo, aunque, malos gobiernos e ineficientes, abren la puerta a las aberraciones del pasado. Advertidos están, porque en el corazón del país que hizo la revolución, también está viva la contrarrevolución.

El primero de julio, la Suprema Corte de los Estados Unidos, dejó en claro de qué lado está. Rumbo a las elecciones presidenciales en noviembre, se decantó por el republicano Donald Trump. La corte le otorgó el derecho a “inmunidad absoluta contra el procesamiento penal” por aquellas acciones de carácter oficial que realizó durante su mandato. Con seis votos a favor y tres en contra, se impusieron los ministros que el mismo Trump nombró en su periodo como presidente. Dicho de otra manera: Inmunidad es sinónimo de impunidad. En mal momento se murió esa conciencia crítica que fue el filósofo Noam Chomsky (1928-1924). Dicho esto, el panorama político de los Estados Unidos es sombrío. Nos vemos en @uncuadros

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