Situemos el período barroco en el tiempo. Si sólo contemplamos la edad moderna, podemos iniciar mencionando el Renacimiento del siglo XIV – XV, el período barroco del siglo XVII a mediados del XVIII, el período clásico 2ª mitad del XVIII, el Romanticismo en el siglo XIX y finalmente la música contemporánea desde el siglo XX a la actualidad.
El término “Barroco” es una palabra que deriva del portugués y que significa “perla defectuosa”. Si somos curiosos y la observamos con detenimiento, veremos que su superficie presenta protuberancias, desviaciones, recovecos y en general demasiados detalles. Incluso hay quien usa esta palabra de forma despectiva para denotar un sobre recargamiento de elementos en el interior de una casa o en la decoración de un escenario. Así, podemos decir que la música barroca es compleja, del latín Com, junto, y plectere, trenzar o entrelazar. Es música con estructuras complejas. Ahora bien, para llegar a tal grado de complejidad, es necesario un método, un camino…, por cierto, no es casualidad que René Descartes, autor del Discurso del Método o Newton y Leibnitz inventores del cálculo integral, hayan vivido en pleno período barroco de la música. Si bien las bases de la matemática musical, es decir de la armonía, ya se habían sentado desde la baja Edad Media, es en el barroco, cuando llegará a su máximo desarrollo.
Arcangelo Corelli sentaría las bases del Concerto Grosso o gran concierto, que con el tiempo se convertiría en el concerto di solista y en el concerto para orquesta, es decir en la sifonía. El intelectualismo barroco se manifestó en las imbricadas formas de colocar temas, instrumentos o voces de tal manera que se produjera un tremendo caos, pero de una belleza sublime. Si bien Corelli inicia con estos tejidos armónicos, es Johann Sebastian Bach quien lo culmina con sus concertos de Brandenburgo, la cúspide del concerto grosso. En el Barroco nace la orquesta propiamente ya como un ente definido de manera formal. En consecuencia, también el director de orquesta también evoluciona.
Para ello se tiene ya un código, la denominada “Doctrina de las Emociones”. Estoquiere decir que si se quería proyectar un sentimiento de alegría o júbilo, habría que pensar en una tonalidad mayor y con un tempo rápido. Si por el contrario se deseaba una experiencia triste o melancólica el camino sería por una tonalidad menor y con un tempo lento. En el barroco no hay “medias tintas”, o bien se es forte o bien piano. En el período barroco nace la ópera.
Cantada y con argumentos claros en Italia, recitada y bailada en Francia, y si bien no ópera, sí una forma complejísima en la cantata u oratorio alemán.
En el barroco surgen los primeros grandes divos, los virtuosos: Farinelli, Vivaldi, Bach, Handel, Locatelli, Scarlatti. Al final, el hombre se cansa de tanta complejidad y se inclina por algo más sencillo y galante. Se eliminarán los excesos y se valorará la mesura. Éste sería el período del Clasicismo..., pero esa, será otra historia. Música en un Suspiro.
