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Yamil Darwich

Muerte digna

YAMIL DARWICH

La noticia publicada por el periódico "Reforma", reactivó la controversia sobre el derecho de morir por propia mano, la eutanasia; anunciaba: "Dries van Agt, exministro de Países Bajos y su esposa Eugenie Krekelberg, fallecieron el 5 de febrero de 2024, en la ciudad de Nijmega, tomados de la mano después de someterse a la eutanasia a los 93 años de edad".

Hasta ahora, las discusiones sobre la legitimidad de quitarse la vida por propia mano y/o a voluntad, es inaceptable desde el punto de vista de la reflexión filosófica/humanista; sin embargo, en el plano legal, hay naciones que han legislado la llamada "muerte digna".

Desde el siglo pasado se han publicado distintos recursos legales: en EUA, en California, apareció el primer documento -1976- titulado "Natural Act"; Kansas e Indiana, siguieron con el "Power of Attorney", definiendo procedimientos para que un abogado los represente, haciendo valer el deseo de aquellos que no quieren vivir más; en Nueva York, "Testamento Vital -"Living Will"- redactado por Luis Kutner, abogado neoyorquino, para que los pacientes terminales señalen su voluntad de no ser asistidos. ¿Cree que es buen uso de la libertad?

La influencia llegó a Latinoamérica: en Argentina tienen su "Ley de Declaración Anticipada"; los colombianos "Homicidio Piadoso"; y Bolivia, "Testamento Vital".

En Europa, la Asamblea Parlamentaria del Consejo Europeo, el 29 de enero del 2009, penalizó la eutanasia con recomendaciones como la 1418: "La muerte no puede ser infligida intencionalmente" y concordando con su primer artículo, referente a lo dispuesto en los principios de los Derechos Humanos: "todo individuo tiene derecho a la vida".

Tales posturas son evidencia de las políticas del mundo; aquellos que defienden la vida y la inmoralidad -ir contra lo moral- de otros politiqueros, quienes temen perder el voto por oponerse a los vanguardistas radicales.

En México, el Diario Oficial de la Federación del -5/1/2009- presentó reformas a la Ley General de Salud, para salvaguardar la dignidad de los enfermos terminales y garantizarles una muerte digna, estableciendo los límites entre defensa y el "martirio terapéutico".

Por su parte, el Vaticano, insiste en la muerte natural, rechazando la eutanasia, pero aceptando la "atención asistida", orientada a combatir el dolor psíquico y fisiológico.

La eutanasia -hasta ahora- es el acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona que padece una enfermedad incurable, evitándole el sufrimiento innecesario; siendo vaga la extensión del término puede incluir simple deseo de enfermos psiquiátricos.

En la lucha por obtener la legalización, han aparecido nuevas definiciones del enfermo aparentemente desahuciado, siempre argumentadas por sus promotores: muerte asistida, sedación terminal, muerte digna, eutanasia, eugenesia, ortotanasia, etc., hasta citando los derechos humanos y el derecho a la "dignidad personal".

Habrá que diferenciar la eutanasia de la asistencia médica que se da a un paciente terminal.

En la asistencia médica, el manejo hospitalario está orientado al tratamiento para quitar/disminuir el dolor físico y psicológico del desahuciado, sin sostenerle los signos vitales en forma artificial -con uso de la tecnológica posmoderna- luego de ratificar/diagnosticar que presenta un estado patológico que, inevitablemente, terminará en la muerte.

Para ello, existen criterios médicos internacionales que definen el cuándo no existe retroceso en el camino hacia la muerte, apoyados en evidencias médicas irrevocables.

Está tomando fuerza la postura de enviar al paciente a su casa, con la asistencia necesaria -para enfermo y familia-, a fin de paliarle el dolor psicofisiológico.

Considera la atención médica a familiares y cercanos afectados; la tanatología resulta altamente útil para el manejo de todos los involucrados en el duelo.

Quienes están a favor de la eutanasia, argumentan las conveniencias de la muerte digna; se fundamentan desde evitar mayor dolor físico y psicológico; hasta tomar en cuenta las condiciones y costos de mantener al enfermo con vida asistida.

Ciertamente representa costos prohibitivos para la mayoría de mexicanos y, quienes los enfrentan, terminan con fuertes deudas y/o pérdida parcial o total del patrimonio familiar. Gran dilema.

La Comisión de Salud de México propuso: "que el paciente terminal muera rodeado de sus seres queridos", insistiendo en que la muerte sea con el menor dolor físico y psíquico, incluidos sus cercanos; el argumento abre la posibilidad de que el enfermo transcurra su enfermedad con mayor serenidad. Humanismo.

En general, en México, aún no aparecen casos de eutanasia y/o ortotanasia -suspender tratamiento médico en pacientes no desahuciados-, aunque hay radicales que abogan por legislarla como principio de respeto a la voluntad personal y su derecho a decidir su destino haciendo válida su libertad.

Tema peligroso, cuando influyen los partidos políticos sin aplicar la reflexión humanista; o los inconvenientes por criterios errados y/o baja capacidad de politiqueros.

Desde luego que mi postura es a favor de la vida, salvo casos médicos verificados y ratificados de muerte cerebral, evitar el llamado "martirio terapéutico", pero… ¿Usted que piensa?

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