En el Cielo se juega beisbol.
Entiendo que el futbol se juega en la otra parte.
Murió Fernando Valenzuela y, claro, se fue directo al paraíso.
San Pedro lo recibió con alegría, pues siempre lo admiró, y de inmediato le abrió la puerta de la morada celestial. Le dijo:
-Se acerca el juego entre nuestro equipo y el del infierno. ¿Aceptarías pichar para nosotros?
El gran lanzador dijo que sí.
San Pedo, entonces, fue con Lucifer y le manifestó, orgulloso:
-Este año de seguro les vamos a ganar. Tenemos a Fernando Valenzuela.
-Perderán, como siempre -respondió el príncipe de los demonios-. Nosotros tenemos a todos los ampayers.
¡Hasta mañana!...