Sin ti no podré seguir viviendo.
Eso le dijo doña Lucia a Don Juan cuando el seductor iba a dejarla.
Lo mismo le dijo doña Inés en igual trance.
Y también doña Elvira.
Y doña Sol.
Y doña Isabel.
Y doña Laura.
Todas le dijeron que sin él no podrían seguir viviendo.
Pero todas siguieron viviendo. Se casaron, tuvieron hijos y nietos, y su vida transcurrió más o menos felizmente.
A Don Juan eso le molesta un poco.
A él le habría gustado que sin él no hubieran podido en verdad seguir viviendo.
La vida, sin embargo, es todopoderosa, y se impone sobre las penas y las palabras de un instante.
Por eso, a pesar de sus abandonos y desvíos, también Don Juan puede seguir viviendo.