EDITORIAL Caricatura Editorial columnas editoriales

columnas

Mirador

ARMANDO FUENTES AGUIRRE (CATÓN)

La flor de la planta que aquí se llama plúmbago es tan pequeña que no sé dónde pone su sonoro nombre. Debería llamarse a lo más "a" o "e". Un título como ése, de una sola letra, sí cabe entre los mínimos pétalos de su corola.

La flor del plúmbago es azul. Al menos eso dice ella. Su azul es tan desvaído que casi no alcanza a ser azul. Azul el cielo, sí, azul el mar; azul el manto de la Virgen, al que los pintores de los pasados siglos daban siempre ese tono, azul de Prusia, porque era el más caro de todos los colores, y de ese modo rendían homenaje a la Señora.

El azul del plúmbago es más bien azulito. Es un azul callado, humilde, casi gris, casi blanco, casi nada. Por eso la flor está más cerca de mí que las otras que pintan con sus estentóreos colores el jardín. No gusto de las vanidades de la rosa, ni del picante aroma del clavel, ni del exótico jazmín de Arabia, cuyo perfume es insolentemente erótico. Conmigo va más bien la pequeñez del plúmbago. El único reproche que le hago es que se llame plúmbago. Es como si yo me llamara Zeus.

Desde el ventanal de mi estudio te miro, niña flor, con miedo de que mis ojos te deshojen. Mejor pensaré en ti, y aun temo que mi pensamiento te lastime. Escóndete tras de tu leve azul, para que mis ruindades de hombre no te encuentren

¡Hasta mañana!...

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: columnas editoriales

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2288279

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx