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Las palabras tienen la palabra

Mi amigo, el fracaso

JUAN RECAREDO.-

En algún momento de nuestras vidas -o en varios- nos preguntamos cómo le hicieron los grandes inventores, científicos y pensadores del mundo. ¿Cómo es que son unos genios? En la historia hay muchos de ellos.

Lo interesante es que todos los grandes genios que han definido el curso de la humanidad a través de los siglos tienen algo en común: todos son unos fracasados. Así es. Todos ellos fracasaron muchas veces, algunos de ellos se murieron en el total y absoluto fracaso, pero sus ideas dieron pie a descubrimientos posteriores que de otra forma no se hubieran logrado. El caso es que no se nace genio… si acaso muy inteligente. Lo que realmente diferencia a estos genios de nosotros -los "simples mortales"- es que ellos aceptaron siempre al fracaso como parte del proceso para realizar su propósito principal.

O sea que daban por un hecho que iban a fracasar, se equivocarían muchas veces sabiendo que esa era la única manera de llegar al éxito, al resultado que ellos estaban visualizando. Imagínese lo que hubiera pasado si Nikola Tesla se hubiera rendido al primer corto circuito, ¡estaríamos a oscuras! Por cierto, dicen que Tesla murió a los 87 años y en la completa miseria, no tenía literalmente ni dónde caerse muerto.

A propósito de la palabra "éxito", siempre me llamó la atención que en inglés exit significara "salida" y no éxito -que es success-, pero resulta que ambas palabras están relacionadas. Verá: la palabra "éxito" proviene del latín exitus que quiere decir "salida" … ¡ándele, entonces los gringos tenían razón! Sí, lo que pasa es que originalmente en español, el éxito es la salida, el fin o la terminación de un asunto, pero luego cambió el significado a un "final feliz" o un resultado bueno en un negocio o cualquier otra acción que hagamos… para nosotros ya no es sólo una salida, ahora es una buena salida.

Contrario al éxito tenemos el fracaso, una palabra a la que le tenemos muchísimo miedo; nos da la idea de una sentencia permanente sobre la imposibilidad para que algo suceda. La verdad es que el fracaso sólo puede servir para dos cosas: para lamentarse toda la vida del error o para aprender, modificar e intentar de nuevo, muy seguramente para volver a fracasar más adelante, pero sabiendo que los esfuerzos jamás serán en vano.

La palabra fracasar la tomamos del italiano fracassare que significa romperse o estrellarse y en su raíz latina quassare quiere decir casi lo mismo: batir, golpear; de esos pedacitos de palabra salieron variantes como -cus y -cas, entre otras, que luego formaron palabras como: casco, conclusión y discutir. De alguna manera, todo tiene que ver con los golpes, ¿verdad?

Así que ya lo sabe: el fracaso no es el final sino nada más un golpe y la vida nos da un buen número de esos… así que más nos vale aprender de ellos y seguir adelante.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Isela Juaristi: ¿Es correcto decir que una adivina me "hechó" las cartas?

LE RESPONDO: La forma de decirlo es aceptable. Lo que está equivocado es la forma de escribirlo porque echó -del verbo echar- no debe llevar la 'h' inicial.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Los problemas de una pareja empiezan con el primer bostezo.

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